La inteligencia artificial es capaz de mapear los icebergs 10.000 veces más rápido que los seres humanos, lo que facilita la observación de los cambios en la superficie de estas vastas masas de hielo flotante, según un estudio publicado en la revista The Cryosphere, liderado por investigadores de la Universidad de Leeds en el Reino Unido.

El enfoque innovador se basa en una red neuronal, una técnica de inteligencia artificial inspirada en el cerebro humano, que puede mapear con rapidez y precisión la extensión de los grandes icebergs antárticos en imágenes satelitales en tan solo 0.01 segundos. Este método contrasta significativamente con los esfuerzos manuales previos, que eran laboriosos y lentos, según informa la Agencia Espacial Europea (ESA).

Los icebergs gigantes desempeñan un papel fundamental en el ecosistema antártico, ya que afectan a la física, química y biología del océano, así como a las operaciones marítimas. Por lo tanto, es crucial localizarlos y supervisar su extensión para medir la cantidad de agua de deshielo que liberan en el océano, señala Anne Braakmann-Folgmann, autora principal del estudio.

El nuevo enfoque de inteligencia artificial, entrenado con imágenes del satélite radar Sentinel-1 del programa Copérnico, puede cartografiar estas masas de hielo flotante incluso en condiciones difíciles, cuando es complicado distinguir los icebergs del hielo marino o la costa. Los científicos destacan que la potencia de esta técnica radica en la capacidad de las redes neuronales para comprender relaciones no lineales complejas y considerar el contexto completo de la imagen.

La arquitectura del algoritmo se basa en un modelo de red neuronal conocido como U-net, que se entrenó utilizando imágenes del Sentinel-1 que mostraban icebergs gigantes en diversos escenarios. A medida que avanzaba el proceso, el sistema afinaba sus predicciones y ajustaba sus parámetros.

El algoritmo se probó con siete icebergs de tamaños que oscilaban entre 54 y 1,052 kilómetros cuadrados, aproximadamente equivalentes a las superficies de las ciudades de Berna (Suiza) y Hong Kong, respectivamente. El conjunto de datos recopilado incluía entre 15 y 46 imágenes para cada iceberg, abarcando varias estaciones y los años 2014-2020. La ESA resume los resultados como «impresionantes» con una precisión del 99%.

Anne Braakmann-Folgmann, quien actualmente lleva a cabo investigaciones en la Universidad Ártica de Noruega, destaca que «ser capaces de mapear automáticamente la extensión de los icebergs con mayor rapidez y precisión nos permitirá observar más fácilmente los cambios en la superficie de varios icebergs gigantes y allana el camino para una aplicación operativa».

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