Europa lleva menos de 15 días de invierno, pero buena parte del continente ha comenzado el año con temperaturas más propias de la primavera, desde Bilbao con 25 grados hasta Moscú con 5 grados de día y 6 por la noche, que pueden parecer pocos, pero que no se habían visto en estas fechas desde que hay registros, en 1879.

Anomalías térmicas que han afectado a gran parte del continente, con temperaturas entre 5 y 15 grados por encima de lo normal para esta época del año.

Moscú batió su récord este 1 de enero, según la oficina meteorológica local, y también se dispararon los termómetros en la segunda ciudad rusa, San Petersburgo, donde el primer día del año sorprendió con 4,5 grados de calor, algo nunca visto en la antigua capital zarista.

En la vecina Bielorrusia, el mercurio hizo historia y llegó a los 16 grados (registrados en Brest, en la frontera con Polonia).

Sin embargo, este insólito calor no durará mucho y en los próximos días está previsto que la temperatura baje drásticamente en la parte europea de Rusia y llegue a 20 grados bajo cero durante el día y a casi 30 bajo cero por la noche, según el pronóstico del próximo fin de semana en Moscú.

En Francia, el final de 2022 (un año récord en términos globales por la temperatura) y el comienzo de 2023 ha sido particularmente cálido, aunque la situación se está moderando a partir de este martes y la anomalía térmica positiva el resto de la semana ya no va a ser tan exagerada, pero sí significativa.

Según Météo France, la noche del 30 al 31 de diciembre fue la más suave registrada en Francia en invierno desde que empezaron los primeros archivos a escala nacional en 1947, con una mínima de 11,2 grados de media en el conjunto del país, frente al anterior récord de 11,1 grados del 19 de enero de 2007.

Y es que se constataron las mínimas más altas de la historia en una treintena de las 150 estaciones meteorológicas, sobre todo en ciudades del noroeste de Francia, como París, Rennes, Nantes, Ruán u Orléans.

Las máximas llegaron a superar los 24 grados al pie de los Pirineos el día 31 y la temperatura media en Francia fue de 14,05 grados, la segunda más alta desde que hay registros en el periodo del 15 de diciembre al 15 de enero. Y el 1 de enero se situó en tercera posición, con 13,3 grados, de nuevo con numerosos récords de mínimas, en particular en el este.

Alemania recibió el año nuevo con las temperaturas más altas registradas hasta ahora en esa noche especial: 18 grados marcaron los termómetros en Berlín, mientras que en Baviera y Renania del Norte-Westfalia (sur y oeste) se notificaron asimismo máximas extrañamente altas, de 16 y 17 grados, respectivamente.

En los días siguientes han bajado algo las temperaturas, hasta caer a 7 grados en la capital, lo que de todos modos no es normal en un país donde el año nuevo se solía recibir ante lagos helados o en paisajes nevados.

La máxima récord en una noche de Fin de Año se marcó en 2021, con un 15,1 grados en la región de Brandeburgo, que envuelve Berlín, según datos del Servicio Meteorológico Alemán (DWD).

Inhabitualmente altas fueron también las temperaturas en Dinamarca, aunque en el resto del mundo nórdico -Suecia, Noruega o Finlandia- los termómetros marcaban bajo cero.

Polonia tuvo su propio récord, con 18,9 grados para el primer día del año de 2023 en Varsovia, mientras que en la capital de Ucrania, Kiev, se alcanzó el 2 de enero un nuevo récord: por primera vez en 143 años de observaciones se registró una temperatura media de 9,4 grados, con máximas de 13,2 °C y mínimas que no bajaron de los 6,9, según el Observatorio Geofísico Central Borys Sreznevsky.

Italia ha sufrido la misma ola de calor anómalo que el resto de Europa durante el Fin de Año y el inicio de 2023, con un aumento de hasta 15 grados de las temperaturas máximas provocadas por un anticiclón procedente del norte de África y que continuarán en los primeros días de enero, según el sitio especializado ilmeteo.it

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