Una investigación realizada en el marco del proyecto ProTierras Comunales en Perú concluyó que las comunidades indígenas no son las grandes deforestadoras de la Amazonía, como han tratado de hacerlo ver a través de redes sociales en algunos países con influencia en esta región del planeta.

La investigación fue impulsada por el Instituto del Bien Común (IBC) con el apoyo de la Cooperación Alemana para el Desarrollo y confirma que la pérdida de bosques es mucho menor al promedio nacional, en las tierras que son propiedad de las comunidades indígenas.  De esta manera se ratifican los resultados de otros informes similares que datan de hace seis años, en los que se probó que los territorios indígenas actúan como barreras contra la deforestación.

El estudio abarca 15 años (2001-2015) de deforestación en 1.351 comunidades nativas. En ese plazo Perú perdió 1,9 millones de hectáreas de bosques amazónicos, de las que solo el 17 por ciento se dio dentro de las comunidades indígenas con derecho sobre sus tierras. Se trata de un porcentaje menor al 19 por ciento de los 70,4 millones de hectáreas de bosques que en 2001 estaban en manos de estas comunidades

Esto significa que el promedio anual de deforestación de las comunidades nativas entre 2001 y 2015 fue de 22.247 hectáreas, mientras que fuera de ellas fue de 128.858 hectáreas, incluidas las áreas naturales protegidas. Esa tasa de deforestación arroja un promedio per capita de 0,86 hectáreas por cada indígena que habita en las comunidades nativas, lo que para los autores del informe «puede ser considerado bajo».

De acuerdo con los investigadores, las comunidades nativas no están exentas de la intervención humana de sus propios habitantes y, por lo tanto, de una deforestación mínima y sostenible como parte de un sistema de roza y quema para establecer sus cultivos. Así, el 89 por ciento de las 1.351 comunidades nativas estudiadas presenta una deforestación por debajo de las 500 hectáreas a lo largo de esos 15 años, y en el 45 por ciento esa pérdida es incluso menor a 100 hectáreas.

Sólo 15 comunidades presentan una deforestación mayor a las 2.000 hectáreas y los motivos varían en función del lugar, pero la mayoría tiene en común la presión de alguna actividad deforestadora como puede ser la agricultura migratoria o extensiva, la tala ilegal, los cultivos ilícitos de hoja de coca o la minería ilegal.

Apenas dos comunidades registran una deforestación mayor a las 6.000 hectáreas. Ambas son de etnia awajún y se encuentran en la región de San Martín, la zona amazónica de Perú con más superficie deforestada con relación a su territorio a causa del avance de plantaciones agrícolas como café, plátano y arroz.

Entre las comunidades que la lista de las de mayor extensión de bosque perdida, se pudo establece que la causa es la tardanza para otorgar el título a la comunidad, lo que provocó que sus territorios fueran invadidos por gente migrada de los Andes que les ofrecieron alquilar sus tierras para la agricultura, lo que los nativos aceptaron con presiones.

La investigación concluyó que hay muy pocas comunidades indígenas que se puedan calificar de «deforestadoras» porque «la gran mayoría ha logrado mantener su bosque en los 15 años estudiados, a pesar de presiones externas e internas».

 

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