La Unión Europea (UE) se encuentra en un momento crítico, enfrentando un ultimátum, mientras negocia los últimos detalles de un acuerdo de asociación con el Mercosur. Aunque el texto del acuerdo se cerró en 2019, ha requerido ajustes en materia medioambiental, y su finalización se ha demorado durante más de dos décadas.

La Comisión Europea, que es la entidad responsable de las negociaciones en nombre de los 27 estados miembros de la UE, está acelerando las conversaciones con Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay. Los ministros de Comercio de la UE esperan abordar esta situación en su próxima reunión informal en Valencia, España, programada para los días 19 y 20 de octubre.

La última reunión entre los equipos de ambas partes tuvo lugar en Brasilia los días 3 y 4 de octubre, y se espera que se reúnan nuevamente en Bruselas antes de que termine el mes. Además, se mantienen contactos semanales a nivel de expertos.

El portavoz de Comercio de la Comisión Europea, Olof Gill, expresó: «Creo que con cada reunión, con cada intercambio, nos acercamos un poco más».

Sin embargo, la presión sobre Bruselas ha aumentado debido al ultimátum emitido por el presidente paraguayo, Santiago Peña, a finales de septiembre. Peña advirtió que si no se llega a un acuerdo antes del 6 de diciembre, el bloque del Mercosur se retiraría y buscaría acuerdos comerciales con países asiáticos.

Gill señaló que «la dirección de estas negociaciones proviene del nivel presidencial, y los negociadores aún están trabajando con el objetivo de finalizar antes de que termine el año». A pesar de los obstáculos, aseguró que «ambas partes tienen un fuerte compromiso para llegar a un acuerdo».

El principal obstáculo actualmente es llegar a un consenso sobre un anexo presentado por la UE que destaca la importancia del respeto medioambiental. Este anexo no forma parte del texto general del acuerdo, que se concluyó en junio de 2019 y no se pretende reabrir. Países como Francia y, en menor medida, Irlanda, han expresado preocupaciones sobre el impacto del acuerdo en su agricultura y en la Amazonía.

La Comisión Europea introdujo un anexo a principios de año, a pesar de que el texto preacordado ya contenía fuertes compromisos en materia de acuerdos climáticos. Este anexo solicita mayores garantías de cumplimiento e incluso menciona la posibilidad de tomar «contramedidas» como último recurso, lo cual no fue bien recibido por el Mercosur.

España, que preside la UE en este semestre, ha enfatizado la importancia de concluir el acuerdo lo antes posible, argumentando que este implicará un compromiso duradero de los países latinoamericanos en la lucha contra el cambio climático.

El acuerdo que la UE y el Mercosur cerraron en 2019 fue el más significativo alcanzado por la Unión con otra región y supuso el punto culminante de negociaciones que habían comenzado dos décadas antes. Aunque hubo concesiones, especialmente en el ámbito agrícola por parte de la UE, el acuerdo se ha estancado en su proceso de ratificación por parte de los países y el Parlamento Europeo debido a preocupaciones medioambientales.

Este acuerdo comercial, que se basa en el diálogo político y la cooperación, creará un mercado de 780 millones de consumidores y permitirá a los exportadores de la UE ahorrar 4.000 millones de euros al año en aranceles. Incluye un sistema de cuotas para las importaciones de carne de res, pollo y azúcar a lo largo de cinco años, así como salvaguardias en caso de «perturbaciones graves» en el mercado.

La UE también logró la abolición de aranceles en vinos y cervezas, cuotas libres de aranceles para queso y otros productos lácteos, y la protección de 370 indicaciones geográficas europeas.

 

Planeta Sostenible
Síguenos

Pin It on Pinterest