El presidente de Estados Unidos, el republicano Donald Trump, que aspira a ser reelegido en las elecciones del próximo 2 de noviembre en ese país, le dio su visto bueno a un plan para abrir el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico (Alaska), a la exploración y explotación de petróleo.
La decisión, criticada por grupos ambientalistas que la describen como un ataque a la población indígena y la fauna y flora de la región, permitiría la adjudicación de concesiones antes de fin de año en todo el refugio de vida silvestre, compuesto por 631.800 hectáreas y que es hábitat de especies como los osos polares y los caribúes.
A pesar de que el Congreso de Estados Unidos designó en 1980 la franja costera de la reserva, como lugar de posibles explotaciones petroleras, el Refugio del Ártico ha sido territorio vedado para las perforaciones a pesar de los esfuerzos de cuatro décadas de los republicanos por abrirlos a las empresas petroleras.
El grupo ambientalista Sierra Club indicó, en un mensaje, que cuando los republicanos del Congreso insertaron una adenda para abrir el Refugio Ártico a las perforaciones como parte de una ley fiscal en 2017, indicaron que dos arrendamientos que debían efectuarse hacia diciembre de 2024 generarían 1.000 millones de dólares en ingresos, una cifra que era cuestionable antes del caos en el mercado petrolero de este año.
En el último año, cinco de los seis grandes bancos de Estados Unidos -Goldman Sachs, Wells Fargo, Chase, Citi y Morgan Stanley- han reconocido que las explotaciones en el Ártico son una mala inversión y se unieron a más de 20 instituciones financieras de todo el mundo en actualizar sus políticas inversionistas para excluir la financiación de perforaciones en esa región, incluyendo el Refugio del Ártico.
El grupo Earthjustice señaló por su parte que el pueblo indígena Gwich’in considera que la llanura costera del Refugio Ártico es sagrada porque sirve como lugar de nacimiento para puercoespines y caribúes, animales de los que nativos de Alaska dependen para la alimentación y la tradición cultural.
El abogado adjunto de Earthjustice Erik Grafe, de la oficina regional de Alaska en Anchorage, le dijo a la prensa que esa decisión pasa por alto las leyes diseñadas para proteger la vida silvestre como los osos polares y el caribú, que han utilizado la llanura costera desde tiempos inmemoriales como refugio para dar a luz a sus crías todos los años.
«El plan de la Administración para arruinar este lugar con el fin de obtener ganancias petroleras privadas a corto plazo es ilegal», añadió Grafe en una declaración, en la que también prometió demandas.
Grafe destacó que se trata de un refugio natural sagrado, salvaje e insustituible que no se debería sacrificar por un desarrollo petrolero que no tiene salida y que solo empeorará la crisis climática.
La primera licitación de concesiones se llevará a cabo el 22 de diciembre de 2021, aunque podría hacerse antes de fin de este año.
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