Inicia la semana de receso, un descanso en el segundo semestre del año que muchos esperan, situación que trae un reto para familias y educadores, luego de una pandemia, en la que la mayor parte del tiempo las actividades han sido mediadas por la tecnología, ha hecho que las maneras de socializar, hacer amigos, jugar, interactuar, compartir recuerdos y resolver problemas cambien.

 

“Hoy en día los niños y adolescentes han aprendido a interactuar a través de dispositivos electrónicos, los últimos estudios indican que las nuevas habilidades que están desarrollando, los cambios a nivel cerebral que pueden estar ocurriendo y las necesidades en cuanto a salud mental que también han comenzado a manifestarse”, comenta Ingrid Marcela Moreno, directora del programa Licenciatura en Educación Infantil de la Universidad El Bosque.

 

Desde la Licenciatura en Educación Infantil comparten algunas sugerencias   para que los niños y jóvenes cambien su rutina mediada por la tecnología durante este receso:

 

Potenciar el uso de espacios al aire libre. Es necesario y favorable que tanto los niños, las niñas y jóvenes utilicen espacios al aire libre para desarrollar actividades de manera espontánea. Tomar el sol, jugar en la arenera, usar el pasamanos, sentir el pasto e interactuar con sus pares, generará el tipo de estrés favorable que requiere el cerebro para mejorar sus conexiones.

Tener tiempo libre. Esto parece sencillo, sin embargo, es una de las actividades más necesarias que requerimos los seres humanos en este momento, el tiempo libre además permite potenciar la creatividad, pensar en nuevos proyectos y aporta al autoconocimiento.

Pasar tiempo en familia. A pesar de que quienes generalmente asumen vacaciones para esta época son los niños y jóvenes, es necesario encontrar espacios para compartir en familia enfocados especialmente en la comunicación y la escucha activa. Las transformaciones que estamos viviendo no han sido fáciles, el bombardeo de noticias e información le suman consecuencias a la salud mental de todos los seres humanos. De ahí, que en este momento sea fundamental encontrar espacios de diálogo y escucha.

“Los últimos años han traído cambios a nivel mundial; como educadores y familias somos responsables de identificar las necesidades de los niños, las niñas, jóvenes para generar dentro de lo posible ambientes sanos para su desarrollo y aprendizaje en este tiempo de esparcimiento”, menciona la profesora Moreno.

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