Los tiburones ballena son considerados una especie de ‘dinosaurios marinos’, no solo por su gran tamaño, sino porque se trata de una especie que está presente en la Tierra desde hace 70 millones de años, es decir, cuando sobre el planeta caminaba el tiranosaurio rex.

Es por esto que un grupo de científicos se propuso la tarea de conocerlos más de cerca, saber sobre sus condiciones de vida, acerca de sus necesidades, así como de la manera en que bucean, su comportamiento reproductivo y su estado de salud.

Los tiburones son formas animales antiguas que existen desde hace más de 200 millones de años y, pese a ello, la investigación del tiburón ballena es relativamente reciente, unas dos décadas, por lo que es poco lo que se sabe de ellos.

Para lograrlo, los científicos consiguieron marcar por lo menos a una decena de estos maravillosos animales las Islas Galápagos.  Lo hicieron durante un viaje de quince días los investigadores y técnicos de la Dirección del Parque Nacional y de la Universidad San Francisco de Quito, en un proyecto conjunto para la preservación de la especie.

El científico británico Jonathan R. Green, director del proyecto, explicó que los tiburones son formas animales antiguas que existen desde hace más de 200 millones de años y, pese a ello, la investigación del tiburón ballena es de apenas hace dos décadas, por lo que se sabe muy poco de ellos.

La última expedición también incluyó la toma de muestras de sangre a dos ejemplares para su posterior análisis de laboratorio, con el fin de que puedan contribuir a establecer una línea base de la salud de estas especies en estado natural.

«Están en todos los océanos del mundo, pero nadie sabe cuántos individuos hay por su dispersión y porque pasan desapercibidos por su camuflaje», dijo a la prensa el investigador.

El color de su piel refleja el brillo de unos puntos reflectores que, cuando se ven a distancia, parecen agrupaciones de peces más pequeños.

El estudio del patrón de estos reflectores es crucial porque las marcas de cada uno de ellos son distintas y sirven como huella digital de cada ejemplar.

Durante la última expedición, los investigadores lograron identificar 25 nuevos ejemplares a través de fotografías. En el mundo hay entre 15 y 20 proyectos de investigación sobre estos tiburones, pero el de Galápagos tiene una peculiaridad.

«En todo el mundo la mayoría son machos juveniles, con excepción de Galápagos, donde el 99,8 % son hembras adultas, una cosa muy rara que aún no entendemos», dijo Green, para quien existe la posibilidad de que vayan allí a parir, pero no cuentan con las prueba o datos específicos para probar esta teoría.

En las Galápagos, el tiburón ballena llega a tener un promedio de 12 a 14 metros de longitud, pero han sido avistados de hasta 15 metros y hasta 20 toneladas de peso.

Suben a la superficie de vez en cuando, lo que ha permitido colocarles unos dispositivos electrónicos con una pinza de presión que, por sus características, es menos invasiva y permanece en ellso durante más tiempo.

Con este marcaje, se podrá obtener información para establecer mejores medidas de manejo en la protección de esta especie en peligro de extinción.

Pero luego de tanto tiempo en los mares del mundo, los tiburones ballena están amenazados. La pesca descontrolada con redes por parte de flotas, principalmente de Asia, en aguas internacionales del Pacífico, les hace imposible escapar.

Green destacó la necesidad de crear conciencia en el mundo sobre la necesidad de introducir medidas de protección para los tiburones ballena.

«Estamos perdiendo especies que llevan 70 millones de años en la Tierra, hasta que vino el hombre, especies que vivían muy tranquilas para terminar ahora en una sopa», dijo.

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