El proyecto Adaptación a los Impactos del Cambio Climático en Recursos Hídricos en los Andes (AICCA), que cerró recientemente su fase de implementación, ejecutada durante cuatro años en jurisdicción del lago de Tota (Cuítiva, Tota, Aquitania y Sogamoso, en Boyacá), ha dejado un impacto positivo en diferentes actores de la comunidad.

La esencia del proyecto es potenciar las capacidades para la adaptación al cambio climático en los territorios. Participaron campesinos, representantes de asociaciones comunitarias, gremio turístico, instituciones, investigadores, técnicos, educadores, artistas, niños y jóvenes en procesos de sensibilización y educación ambiental, en los que adquirieron nuevas capacidades de protección y acción ante un ecosistema altamente biodiverso y vulnerable.

Javier comparte lo aprendido

Javier Antonio Acevedo, líder comunitario de la Fundación Defensa y Salvación del Lago de Tota, contó que se unió desde el principio al proyecto brindando acompañamiento y aprendiendo, hasta que hizo una propuesta de educación ambiental que recibió el nombre de ‘AICCApacidad de adaptación’, un magazín comunitario compuesto de 10 capítulos en el que se abordaron temas como gobernanza, género y monitoreo agroclimático, y diseñado, producido y publicado por los mismos líderes con el acompañamiento de AICCA.

“A la granja Buenavista (Aquitania) llevamos grupos para que visiten el sistema que hemos implementado. La comunidad puede acercarse con confianza a esto que el proyecto AICCA nos ha dicho son aulas ambientales, aulas educativas que es importante llevar a la comunidad, a los vecinos”, expresó Acevedo, quien replica el mensaje y comparte lo aprendido mientras muestra las ventajas comparativas de las prácticas sostenibles en agricultura versus las prácticas convencionales.

La importancia de ser investigador comunitario

Eleonora Castro, propietaria del Hotel Termales El Batan, en Cuítiva, hace parte de la Red Fenológica de Aves que surgió en el proyecto AICCA; allí aprendió a monitorear a las aves y ahora hace salidas de campo con el equipo con el cual monitorea seis especies priorizadas (tres nativas y tres migratorias).

La Red Fenológica de Aves fue una de las medidas de adaptación implementadas que tenía como propósito obtener información sobre el comportamiento de las aves, ante los efectos del cambio climático, y analizar estos insumos para tomar decisiones a favor de la conservación y protección de la biodiversidad.

“El trabajo que se ha venido realizando es muy importante, sería super bueno que se expandiera con más personas y que más personas fueran conscientes y vieran la importancia de ser investigador comunitario para proteger los ecosistemas en los que nos encontramos”, expresó Castro.

AICCA fue financiado por el Fondo Mundial para el Medio Ambiente (FMAM o GEF, por sus siglas en inglés), lo implementó la Agencia CAF y lo ejecutó en Colombia la Corporación para el Desarrollo Sostenible de la Ecorregión Andina (Condesan), con la orientación técnica del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam).

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