Los manglares de las Islas Galápagos (Ecuador), una de las reservas marinas mejor conservadas del mundo, se mantienen en una situación de «vulnerabilidad» y bajo amenaza de erupciones volcánicas, tsunamis, incendios y especies invasoras, entre otras.
Así se desprende de un estudio realizado bajo las técnicas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), que maneja tres tipos de riesgos en esos ecosistemas a nivel mundial: en peligro crítico, en peligro y vulnerable.
Con una extensión de 36,6 kilómetros cuadrados, los manglares de Galápagos representan apenas el 0,03 % de los manglares a nivel mundial identificados por la UICN.
Las erupciones volcánicas, tsunamis, incendios y las especies invasoras son amenazas claves para los manglares en Galápagos, el primer patrimonio natural de la humanidad declarado por la Unesco en 1978, según Nicolás Moity, investigador español de la Fundación Charles Darwin (FCD).
Un hallazgo impactante fue la pérdida de unas 18 hectáreas de manglar, en la isla Isabela, la más grande del archipiélago, debido a la erupción del volcán Sierra Negra en 2018, mientras que el tsunami de 2011 afectó a más de 250 hectáreas de manglares de Galápagos.
Estos acontecimientos naturales ocurren en promedio una vez cada dos años en Galápagos, pero no todos los tsunamis o erupciones han producido desastres naturales. Cuando Moity analizó manglares durante el parón turístico por la pandemia del covid-19 halló una cantidad de peces y tortugas «sumamente superior a lo normal», pero volvió a bajar cuando retornó el turismo.
Eso evidencia que «una simple panga (embarcación rudimentaria de pesca) que entra a una bahía de manglar dos veces al día, todos los días al año, tiene un impacto», resumió al comentar que los cambios en los manglares afectan a pargos, langostas, bacalaos, tiburones martillo y tortugas.
Aunque en sitios poblados, como los puertos o sitios de visita, hay el peligro de contaminación por hidrocarburos, lo «más visualmente impactante», dijo, «es que las costas de Galápagos que miran hacia el Ecuador continental, están llenas de plásticos», que llegan de otras latitudes arrastrados por las corrientes.
«Como los manglares son muy buenos en atrapar sedimentos naturalmente», anotó, también lo son atrapando plásticos, que se descomponen hasta reducirse a microplásticos, que se meten en la cadena trófica «con consecuencias desconocidas hasta ahora».
Entre los roles más importantes de los manglares figuran ser barreras naturales contra la erosión y sumideros de carbono. Según Moity, los pinzones de manglar de la isla Isabela están en peligro crítico y amenazados por especies invasoras como ratas, gatos y, especialmente, la mosca parásita ‘philonis downsi’.
Además del pinzón de manglar, la UICN ha contabilizado al menos 70 especies marinas y terrestres amenazadas, que están relacionadas con el manglar, ya sea porque viven dentro o porque lo usan en alguna fase de su vida, como reproducción, alimentación o descanso.
Pero en general, comentó Moity, se han contabilizado al menos 300 especies que usan de alguna forma los manglares, que, además, purifican el agua y estabilizan la costa.
En un estudio anterior, investigadores de la FCD visitaron 28 áreas de manglar en seis islas del archipiélago, donde registraron más de 35.000 peces de 92 especies, de las cuales al menos 30 tienen importancia para las pesquerías artesanales de Galápagos.
Se encontraron también varias especies de tiburones y rayas, las cuales son, a su vez, de gran importancia para el sector turístico. Servicios ecosistémicos Otro estudio reveló que los servicios ambientales que proveen los manglares de Galápagos contribuyen con 62 millones de dólares anuales a la industria turística, y más de 900.000 dólares al año a las pesquerías locales.
Por todo ello, para Moity es una prioridad identificar las áreas clave de manglar que almacenan más carbono, albergan la mayor biodiversidad y proveen más servicios ecosistémicos para avanzar en el cuidado de esos ecosistemas, un refugio vital para especies únicas y en riesgo.
El archipiélago de Galápagos está formado por 13 islas grandes situadas en el océano Pacífico, a unos mil kilómetros de las costas continentales de Ecuador, y están consideradas como un laboratorio natural que inspiró al científico británico Charles Darwin a desarrollar en el siglo XIX su teoría de la evolución y selección natural de las especies.
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