Los suelos de las zonas naturales empiezan a estar tan contaminados como los de los espacios verdes urbanos, según un estudio del Laboratorio de Biodiversidad y Funcionamiento Ecosistémico (BioFunLab) del Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Sevilla, perteneciente al CSIC.

El trabajo, publicado en la revista “Nature Communications”, evalúa por primera vez las diferencias en niveles de contaminantes entre los suelos de zonas naturales y espacios verdes urbanos a escala mundial y concluye que comparten niveles de metales pesados, pesticidas o microplásticos.

“Cuando pensamos en los bosques y praderas fuera de nuestras ciudades a los que solemos acudir a hacer senderismo, pensamos en lugares relativamente prístinos. Sin embargo, en muchos casos, las zonas naturales que rodean nuestras ciudades ya están tan contaminadas como nuestros parques y jardines”, según señala Manuel Delgado Baquerizo, líder de BioFunLab del IRNAS-CSIC y autor senior del artículo.

A priori, cabría esperar que los suelos en entornos urbanos sean más susceptibles de contener contaminantes por el hecho de estar más impactados por la actividad humana que los espacios naturales, pero los resultados de este estudio sugieren que se está produciendo una dispersión hacia las zonas adyacentes de las ciudades.

Esta investigación, según Delgado, “constituye un paso fundamental en el estudio de la contaminación en nuestras ciudades y zonas naturales al considerar múltiples fuentes de contaminación de manera simultánea, y pretende ayudarnos a visualizar el impacto del ser humano sobre los ecosistemas que nos rodean”.

Los factores socioeconómicos fueron esenciales para explicar la presencia de contaminantes del suelo en todo el mundo y las regiones con mayor PIB muestran también mayor nivel de metales pesados, mientras que las urbes más pobladas muestran mayor proporción de microplásticos.

“Algunos de estos contaminantes como los microplásticos, los pesticidas o los metales pesados están incluso presentes en lugares remotos como la Antártida”, apunta Asunción de los Ríos, investigadora del CSIC en el Museo Nacional de Ciencias Naturales.

El estudio indica, además, que el aumento de los niveles de múltiples contaminantes del suelo está relacionado con cambios en el microbioma del suelo, incluyendo genes asociados con la resistencia al estrés ambiental, el ciclo de nutrientes y la patogénesis.

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