La Ciénaga Simití, un tesoro natural emblemático del sur de Bolívar, se enfrenta a una grave crisis que está generando preocupación entre las comunidades de pescadores y los defensores del medio ambiente. Las aguas de esta área, que en otro tiempo reflejaban la exuberancia de la vida, ahora están sumidas en un silencioso lamento debido a la constante muerte de manatíes, una especie crucial para el equilibrio de este ecosistema único.
Según relatos de pescadores, entre agosto y septiembre se han encontrado cuatro de estos majestuosos seres sin vida en las profundidades de este complejo cenagoso. El caso más reciente ocurrió en la mañana del miércoles 27 de septiembre, cuando las comunidades alertaron sobre el hallazgo de otro ejemplar sin vida.
Hernán Mendoza Tolosa, representante de la Asociación Guardianes de la Ciénaga de Simití (Agidecsim), expresó su pesar al señalar: «Lamentablemente fuimos informados del descubrimiento de un nuevo manatí sin vida. Sin embargo, estamos teniendo dificultades para recopilar evidencia de estos casos debido a la vasta extensión de la ciénaga y a veces nos vemos limitados por la falta de combustible para nuestros desplazamientos. Además, la inacción por parte de la Alcaldía es un problema».
Tan solo tres días antes de este incidente, se había encontrado otro manatí muerto. Pero la tragedia para estos mamíferos marinos no se detiene ahí, ya que en agosto, según testimonios de los pescadores, se habían registrado las muertes de otros dos animales.
La comunidad pesquera teme que estas especies estén muriendo de hambre debido a los bajos niveles del complejo cenagoso, lo que impide que los manatíes se desplacen en busca de alimento, llevándolos a quedar varados y, lamentablemente, a su muerte. El líder de los pescadores enfatizó la necesidad de proporcionarles comida a estos animales y señaló la falta de acción por parte de la Alcaldía al respecto.
Además de esta amenaza, la ciénaga enfrenta problemas de contaminación debido a la minería, la producción de palma y el vertimiento de aguas residuales. Arnulfo Gélvez Díaz, un ambientalista local, indicó: «La Ciénaga está sufriendo debido a la falta de intervención estatal en la delimitación de los complejos cenagosos. La contaminación proviene de los lixiviados de la minería en la serranía de San Lucas y de los pesticidas utilizados en los cultivos de palma. Además, el municipio carece de un sistema de alcantarillado, lo que resulta en la contaminación de la ciénaga con desechos».
Esta preocupante situación se desarrolla en medio del abandono institucional y la falta de interés, ya que no existe un protocolo para el rescate de animales muertos ni para investigar las posibles causas de sus decesos. Los animales terminan en las orillas, arrastrados por los pescadores, descomponiéndose sin que se puedan identificar características básicas como su sexo y edad aproximada.
El defensor del medio ambiente hace un llamado urgente para investigar estas muertes y determinar las causas subyacentes. Además, la Red de Varamientos del Magdalena Medio ha señalado que la región se encuentra en un pico de varamientos, la mayoría de los cuales resultan en muertes. En palabras de la organización: «La situación no es sencilla; estamos enfrentando una emergencia, en particular, con un aumento de muertes, y apenas estamos en septiembre».
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