Lo estamos viendo en España, donde por estos días luchan contra tres grandes focos de incendios en varias regiones, que están arrasando con la vegetación.
Lo hemos visto también en California (Estados Unidos), en Portugal y, penosamente, en la Amazonía brasileña, donde los incendios han aumentado dramáticamente desde que llegó al poder el ultraderechista Jair Bolsonaro.
Pero no escapan a estas quemas generalizadas de bosques países como Perú, Ecuador y Colombia, donde los incendios ocurren a la vista de todos, sin que el Gobierno tome cartas en el asunto, siempre con la excusa de atender una violencia para la que tampoco ofrece remedio.
De acuerdo con un informe de la ONG medioambiental WWF, elaborado junto al Boston Consulting Group (BCG), los incendios durante el presente año pueden superar las cifras récord a las que llegaron durante el año pasado.
De seguir la tendencia, las consecuencias para el planeta y para la humanidad serán devastadoras, pues con los incendios se liberan millones de toneladas de dióxido de carbono que ayudarán a aumentar el calentamiento global.
El informe titulado ‘Incendios, bosques y futuro: una crisis fuera de control’, muestra que el número de alertas de incendios en el mundo durante abril aumentó un 13 % en comparación con el año pasado.
Las principales causas de este fenómeno, de acuerdo con WWF, son la deforestación, generada en su mayoría por la conversión del suelo para la agricultura, y un clima más cálido y seco debido al cambio climático, que hace que la temporada de alto riesgo de incendios forestales haya aumentado en todo el mundo seis semanas.
Los autores del informe también señalan que los seres humanos son responsables del 75 % de todos los incendios forestales a escala mundial, si bien este porcentaje puede subir hasta el 95 % en un país como España, lo que supone un factor más que se suma a los impactos inmediatos que diezman la biodiversidad, destruyen ecosistemas vitales, amenazan vidas, propiedades, formas de vida y economías.
De acuerdo con el informe, desde 2010 cada año se han quemado alrededor de cuatro millones de kilómetros cuadrados, lo que equivale al 3 % de la superficie del planeta, lo que impide que la vegetación pueda actuar como reservorio de CO2, a la vez que libera lo almacenado, agravando el cambio climático.
WWF destacó que, para hacer frente a este grave problema, es imprescindible que los gobiernos se comprometan a adoptar medidas para frenar el cambio climático y cumplir con el Acuerdo de París.
Hicieron, además, un llamamiento para que exista un compromiso decidido de los países de las zonas más afectadas por los incendios forestales y, en particular, de la Amazonía y de la cuenca del Congo, que tienen que desarrollar planes y políticas de deforestación cero de sus bosques primarios.
En la misma línea, instaron a que el continente europeo contribuya mediante el refuerzo del marco legislativo para que se evite la entrada de productos vinculados con la destrucción de los bosques, al mismo tiempo que exigieron que se impulse una transición agroalimentaria hacia sistemas sostenibles.
Este tema ha sido ampliamente discutido en los últimos meses en Europa, ante la que consideran, una política deliberada de falta de control por parte del presidente Bolsonaro, con respecto a la Amazonía.
Países europeos han considerado imponer restricciones a productos alimenticios importados desde Brasil, con miras a que Bolsonaro fortalezca la protección de este patrimonio de la humanidad.