Cada año se producen 400 millones de toneladas de plástico en el mundo. De esa cantidad, por lo menos la mitad está destinada a utilizarse sólo una vez. Bolsas plásticas, botellas que se utilizan como envases de agua y bebidas gaseosas, sorbetes o popotes, envolturas y otros tantos productos se desechan a los pocos minutos u horas de haberlos adquirido y terminan acumulándose en ríos, lagos, océanos y suelos.
El informe Ahogarse en plásticos-Basura marina y residuos plásticos, publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, ofrece más datos preocupantes. Se estima que entre 19 y 23 millones de toneladas de desechos plásticos terminan cada año en lagos, ríos y mares. Además, el plástico que llega a los vertederos y se quema produce humo tóxico que constituye una amenaza más para las personas y el planeta.
Las imágenes de islas gigantescas formadas por residuos plásticos flotando en los mares del mundo muestran la magnitud del problema que enfrenta la humanidad. Una de esas islas se encuentra frente a las costas de Chile y Perú, en el océano Pacífico, y tiene una dimensión de 2.6 millones de kilómetros cuadrados, es decir, 260 millones de hectáreas.
El problema de contaminación por plástico no se restringe a mares y suelos. Partículas plásticas se han encontrado en los alimentos que consumimos e, incluso, en el aire, lo que representa un peligro para la salud de las personas por las sustancias y aditivos peligrosos con los que se producen estos materiales dúctiles.
El mundo está inundado por plásticos, señala la Organización de las Naciones Unidas en su publicación por el Día Mundial del Ambiente, que se conmemora desde hace 50 años cada 5 de junio y que en este 2023 se centra en difundir las soluciones para disminuir la contaminación por plásticos.
Uno de los pasos para encontrar estas soluciones ha ocurrido en París entre el lunes 29 de mayo y el viernes 2 de junio, cuando representantes de 175 países del mundo se reunieron en el segundo Comité Intergubernamental de Negociación para establecer un tratado vinculante que ponga fin a la contaminación por plástico.
La reunión en París
Encontrar soluciones para enfrentar el problema de la contaminación de plásticos es un reto inmenso, “pero no es insuperable”, dijo el diplomático peruano Gustavo Meza-Cuadra Velásquez, presidente del comité que se reunió en París, Francia.
Al comienzo del encuentro mundial, Meza-Cuadra explicó que el objetivo de la reunión era iniciar los debates para establecer qué elementos deben incluirse en un tratado que atienda la contaminación del plástico e identificar “los puntos de convergencia, los que necesitan más discusiones e investigaciones”, así como los “puntos más delicados”.
“Definitivamente estamos ante un problema muy grave y por eso es tan importante dar paso a este tratado. Si vemos las cifras nos sentimos pesimistas, pero creo que, por el contrario, tenemos que ser ambiciosos en los acuerdos para, efectivamente, poner freno a la cantidad de plástico que estamos produciendo, consumiendo y arrojando al ambiente. Es la única manera de parar la contaminación”, dijo Carmen Heck, abogada especializada en derecho pesquero, ambiental y de recursos naturales de la organización Oceana, en Perú a Mongabay Latam.
Para Heck es importante que los países que participan en las negociaciones sean lo suficientemente ambiciosos para “lograr reducir esta marea plástica que está en nuestros océanos y en nuestro ambiente en general, incluso nuestro propio cuerpo. Pero al mismo tiempo creemos que es importante que los países sean consecuentes con este interés que se está mostrando a nivel internacional y se pongan a trabajar en la implementación de su ley de plástico”.
En ese sentido, Heck menciona lo que ha sucedido en Perú. En 2018, el país aprobó la Ley que regula el uso de plástico de un solo uso, sin embargo, señala la abogada, su implementación ha sido muy baja. “Perú empezó bien, aprobando esta ley que en su momento fue de vanguardia para Latinoamérica. Lamentablemente en su implementación no hemos tenido el mismo ímpetu ni el mismo liderazgo”, agrega la experta que precisó que aún están pendientes de aprobación una serie de instrumentos para que la ley y su reglamento puedan ser efectivos.
Durante las negociaciones en París surgieron algunos obstáculos para encontrar consensos. Hasta ahora, países como Arabia Saudita, Rusia, China, India y Brasil se oponen a que el tratado se apruebe por dos tercios de las votaciones. “Nos estamos perdiendo lo que nos une aquí, que es la contaminación plástica”, dijo la representante de la delegación de México, Camila Zepeda, ante las trabas que se estarían presentando. “Estamos perdiendo el tiempo y la energía en discusiones que dan vueltas”, agregó.
Según el estudio Comercio mundial de plásticos: perspectivas de la primera base de datos del su ciclo de vida, elaborado por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, los mayores exportadores de formas primarias de plástico son Estados Unidos, la Unión Europea (UE), Arabia Saudí y Corea del Sur, mientras que China es el principal exportador de productos manufacturados intermedios y finales derivados, incluidos los textiles sintéticos y los envases de plástico vacíos. También es el principal importador de plásticos primarios.
El informe también indica que “el comercio mundial de plásticos supera la enorme cifra de un trillón de dólares al año [un millón de millones], es decir, el 5 % del comercio total de mercancías. Esta cifra es un 40 % superior a las estimaciones anteriores e involucra a prácticamente todos los países”.
En un comunicado del 2 de junio, la organización ambientalista Greenpeace señaló que “está claro que los países productores de petróleo y la industria de los combustibles fósiles harán todo lo que esté a su alcance para debilitar el tratado y retrasar el proceso. Y es que se estima que para el 2030, el 20 % de la producción total mundial de petróleo será utilizada para la fabricación de plástico”.
El petróleo crudo y el gas natural proporcionan la materia prima para alrededor del 99 % de todos los plásticos. Los gránulos de polipropileno y polietileno que resultan de ambos combustibles fósiles son moldeados y transformados en envases de plástico de un solo uso.
El estudio “Ahogarse en plásticos”, realizado por la ONU, advierte que “si no se toman medidas significativas, se prevé que los flujos de residuos plásticos hacia los ecosistemas acuáticos casi se tripliquen, pasando de unos 11 millones de toneladas en 2016 a unos 29 millones de toneladas en 2040”.
El encuentro en París que se realizó durante la última semana de mayo fue la segunda de las cinco etapas establecidas para llegar a un acuerdo sobre el ciclo de vida del plástico y el fin de su propagación para el año 2040. La iniciativa surgió en febrero de 2022, durante el quinto período de sesiones de la Asamblea de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente que se realizó en Nairobi, Kenia.
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