Las Cavernas del Peruacú, el parque nacional brasileño que guarda pinturas rupestres y una abundante biodiversidad en sus cuevas, fue designado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.

El parque, ubicado en el estado de Minas Gerais, “está situado en la intersección de los biomas Cerrado, Caatinga y Mata Atlántica y alberga más de 2.000 especies de plantas y animales, incluidas muchas amenazadas”, consideró la Unesco.

Se trata del vigésimoquinto bien considerado Patrimonio de la Humanidad en Bresil y se suma a tesoros naturales, como las cataratas de Iguazú, y culturales, como el centro histórico de la ciudad colonial de Ouro Preto.

“Desarrollado en el cratón estable de São Francisco, el paisaje refleja los principales cambios climáticos y geológicos del Plio-Pleistoceno”, destaco la Unesco, sobre el parque nacional recién inscrito en la lista de Patrimonio de la Humanidad.

Área protegida desde 1999, el parque comprende una superficie de 564 kilómetros cuadrados de bosque bajo atravesados por el río Peruacu, en una región recóndita de Minas Gerais.

De acuerdo con la Unesco el cañón que forma este río da lugar a “espectaculares paisajes de piedra caliza, vastas cuevas y una rica biodiversidad”. Asimismo, puso de relieve los sistemas de cuevas horizontales del parque “formados en roca carbonatada”.

Entre el medio millar de cavidades, sobresale la Caverna do Janelão (ventanal, en portugués), llamada así por tener alturas superiores a los 100 metros y porque a ella se accede por una apertura grandiosa en la pared de un desfiladero.

Otros de los tesoros del parque nacional son las paredes cubiertas de pinturas prehistóricas de diferentes pigmentos, desde el amarillo al negro.

Pese a su importancia geológica e histórica, las Cavernas del Peruacu son el segundo parque natural menos visitado de Brasil, con tan solo 14.600 turistas en 2024, según datos oficiales.

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