Los fuertes vientos que por estos días azotan el estado de California, en Estados Unidos, son el principal combustible para mantener las llamas de al menos 22 incendios que se presentan en la zona, los cuales han obligado a la evacuación de varias personas.
Los perjudicados son habitantes de los condados de Napa, Sonoma y Buttle, una conocida región vinícola y han provocado la muertes de otras tres personas en las últimas horas, según confirmaron a los diferentes medios las autoridades estadounidenses.
En el condado de Shasta, a unos 300 kilómetros al norte de Sacramento, la capital del estado, tres personas murieron en otro incendio forestal de rápido movimiento que empezó a quemar el domingo por la tarde cerca de Redding, la urbe más grande de la demarcación, anunció ayer el alguacil, Eric Magrini. Hasta ahora, las autoridades no han identificado todavía los cadáveres de estas nuevas tres víctimas mortales.
El número total de muertos por los incendios en ese estado ascendió hasta los 25, según el recuento del Departamento Forestal y de Protección contra Incendios de California (Cal Fire), aunque otras fuentes no oficiales sitúan la cifra por encima de la treintena.
Los vientos cálidos alcanzaron velocidades de más de 80 km por hora en el norte del estado donde las temperaturas marcaron récords de 39 grados Celsius en Napa y 35 grados en Oakland.
Al menos 2.200 viviendas estaban amenazadas por varios incendios en el área que los bomberos han denominado Glass, que ha quemado al menos 1.135 hectáreas después que comenzó en pastizales cerca del parque Deer.