La participación y el liderazgo de las mujeres ha sido crucial para el desarrollo económico de Colombia, sobre todo en actividades agrícolas, donde el papel femenino ha cobrado mayor relevancia en los últimos años. Esto lo demuestran las más recientes cifras de la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (UPRA), ya que afirman que la población rural de mujeres en el campo es de 5,8 millones.
Las mujeres tienen un rol clave para lograr cambios económicos, sociales y ambientales que contribuyan a un adecuado desarrollo sostenible. Por ello, es fundamental apoyar y reconocer su liderazgo y labor en el campo, su capacidad de formar y desarrollar entornos, su sentido de familia, su visión de agro empresarias y su aporte a la economía del país.
La Dirección de Desarrollo Social de la Federación Nacional de Cafeteros registra que el 30% de los caficultores en el país son mujeres. Este cultivo es estratégico para la economía nacional y cada día gana mayor terreno gracias a la producción de cafés de especialidad. Para considerar que un café es especial debe tener una calificación de 86 puntos o superior, según el sistema de evaluación internacional SCAA (Specialty Coffee Association of America). Lo anterior, ratifica la posición de Colombia como el mejor café suave del mundo.
Uno de los actores clave para la visibilidad y apoyo a la mujer en el campo es el sector empresarial. Yara, por ejemplo, ha impulsado la transformación hacia sociedades más justas, equitativas e integradas, a través de programas de capacitación y acompañamiento que tienen el objetivo de incentivar su trabajo en el sector agrícola, ya sea como empresarias o parte de la población rural.
Además, ha ofrecido soluciones que contribuyen a la prosperidad de sus cafetales y proyectos como la reducción de emisión de gases de efecto invernadero en la planta de Cartagena, que a inicios del 2024 reducirá en un 60% la huella de carbono, y que permitirá tener mayor descarbonización en la producción final para el grano de café, contribuyendo a cumplir con estándares internacionales.
Por otra parte, desde hace ocho años el Yara Champion Program tiene como principal objetivo reconocer el esfuerzo y las buenas prácticas de los caficultores, logrando cosechas de la mejor calidad y, sobre todo, generando un menor impacto en la huella de carbono que genera su cultivo. En este se ha premiado a las mujeres productoras del grano más destacadas y, a la fecha, han participado más de 300 y fueron capacitadas cerca de 18.900 en actividades como e-learning de café o en días de campo con asociaciones de mujeres.
Dentro del impulso a estas asociaciones se encuentra Café Sello Mujer, que desde hace 10 años ha asociado a más de 40 caficultoras de la región del Valle del Cauca, para así mejorar la producción del café a través del uso consciente de fertilizantes, adopción de mejores prácticas agrícolas y que apunten a la sostenibilidad, mientras llevan una mejor calidad de vida y productividad.
Y justamente pensando en esto, Aneth Chocontá, cafetera colombiana y presidenta de la Asociación Café Sello Mujer, fue invitada a las oficinas centrales de Yara en Oslo para que, en compañía del CEO de Yara, Svein Tore; la embajadora de Colombia en Noruega, Paola Bernal; Chrytsel Monthean, EVP de Americas de Yara; Carolina Castañeda, representante de la Federación Nacional de Cafeteros en Europa, y otros invitados especiales, compartiera su historia de inspiración basada en su café y su liderazgo frente a esta asociación.
Aneth Chocontá, comentó que “desde hace 22 años soy caficultora y trabajo en las montañas de Caicedonia (Valle del Cauca), de las cuales vivo orgullosa. Quiero llevar el café de nuestra cooperativa y de nuestras mujeres a todo el mundo, por ello estoy muy agradecida con la alianza estratégica entre nuestra cooperativa y Yara, que nos han dado la posibilidad de abrir nuestro horizonte y poder ofrecer el mejor grano”.
Por su parte, Yara también fortalece la presencia femenina en el agro por medio de iniciativas como el apoyo al capítulo en Colombia de la Alianza Internacional de Mujeres Cafeteras (IWCA por sus siglas en inglés), cuyo objetivo ha sido empoderar y conectar el trabajo de diversas mujeres cafeteras del país. Asimismo, ha respaldado el programa de Mujeres en Agronomía, que busca aumentar el desarrollo de las mujeres profesionales en el sector por medio de la transferencia de conocimiento. Desde el programa se espera motivar a más mujeres a que continúen trabajando en el campo, generando un impacto en la industria alimentaria y agrícola local, mientras se contribuye a la igualdad en el ámbito laboral.
“En Yara estamos comprometidos con generar un impacto positivo hacia la igualdad de género en la industria agrícola local, y en empoderar a las mujeres en el ámbito laboral. Ya sea con las mujeres que se dedican profesionalmente a la agricultura, como a las mujeres rurales que con su apoyo como parejas, madres o productoras contribuyen al bienestar de ellas y sus familias, además del gran aporte que hacen a la seguridad alimentaria”, aseguró Chrystel Monthean, EVP de Américas de Yara.
En definitiva, las mujeres son pioneras del cambio en el campo, transformando su entorno para hacerlo más sustentable. Ellas han cumplido un rol fundamental en toda la cadena de producción de alimentos, por su gran aporte y generación de bienestar social. El propósito de compañías como Yara está enfocado en dar mayor visibilidad a las mujeres y aportar a su formación, al desarrollo de sus entornos y empoderar las comunidades donde operan.
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