Oso polar y sus crías

Los osos polares, icónicos residentes de las regiones árticas, representan indicadores extremadamente sensibles de la salud ambiental en estos territorios, los cuales están siendo amenazados por los diversos impactos del cambio climático.

La conmemoración del Día Internacional del Oso Polar, el 27 de febrero, brinda una excelente oportunidad para reflexionar sobre los riesgos y desafíos que enfrenta el Ártico. Los estudios científicos y los informes sombríos se acumulan, resaltando los efectos del cambio climático, que van desde el aumento de las temperaturas hasta la pérdida de hielo ártico y las alteraciones en las corrientes marinas. Además, factores como la minería, la contaminación y la caza descontrolada están exacerbando una fragilidad preocupante, con impactos tanto locales como globales.

Las impresionantes imágenes de osos polares, a menudo nadando en aguas abiertas en busca de alimento o atrapados en pequeños fragmentos de hielo, sirven como un recordatorio contundente de los efectos del cambio climático. Sin embargo, un momento crítico para su supervivencia, menos visible pero igualmente crucial, ocurre durante el invierno, cuando las hembras y sus crías recién nacidas se refugian en madrigueras de nieve después de meses de ayuno, a la espera de la primavera para iniciar la caza de focas.

Este ciclo natural, vital para su subsistencia, se ve amenazado por la prolongación de los veranos árticos, como lo revela un reciente estudio publicado en Nature Communications. Esta situación está provocando la desaparición del hielo marino, obligando a los osos a pasar más tiempo en tierra, donde enfrentan dificultades para encontrar suficiente alimento y corren el riesgo de morir de inanición.

La investigación, que siguió a veinte osos polares con cámaras y collares GPS en la región occidental de la bahía de Hudson en Canadá, señala que el calentamiento climático está afectando a estos animales a un ritmo alarmante. Según Anthony Pagano, autor principal del estudio y miembro del Centro de Ciencias de Alaska del Instituto Geológico de Estados Unidos, los osos carecen de estrategias de comportamiento y energéticas para compensar la pérdida de peso durante el verano en tierra, lo que aumenta su vulnerabilidad.

Los hallazgos anteriores indicaron que el período sin hielo en esta región aumentó en tres semanas entre 1979 y 2015. Los osos ahora pasan un promedio de 130 días en tierra, en comparación con los 100 o 110 días anteriores, y es probable que esta cifra aumente en los próximos años.

 

Planeta Sostenible
Síguenos

Pin It on Pinterest