Por: Lisa Jepsen, CEO Garson & Shaw

¿Alguna vez has escuchado que para confeccionar una camiseta de algodón se utilizan 2.500 litros de agua? Con esta cantidad de líquido una persona podría vivir dos años y medio. ¡Esta es una cifra impactante! La industria textil en su deseo por satisfacer al consumidor de comprar ropa de buena calidad llega a desperdiciar grandes cantidades del recurso vital, afectando la flora, fauna e industria de alimentos, por escasez.

“Colombia es uno de los países más vulnerables al cambio climático en el mundo; debido a su ubicación geográfica; por ello, podría verse afectada en sus recursos hídricos y cultivos para la provisión de alimentos”, según el Ministerio de Ambiente.

Estamos sintiendo los efectos del cambio climático y debemos actuar, antes de que la afectación al medio ambiente no tenga reversa; pensemos en las futuras generaciones, incluyendo cómo les vamos a dejar el planeta. Por ejemplo, el pasado mes de septiembre fue el más caluroso en la historia de la humanidad, como consecuencia del fenómeno de El Niño y los combustibles fósiles, que se tradujeron en temperaturas de más de 40 °C.

Para enfrentar el impacto medioambiental producido por la “moda rápida” y apoyar a los fabricantes nacionales, impulsamos el movimiento global de moda sostenible a través de la reutilización de prendas que contribuyen en la disminución de emisiones de gases de efecto invernadero. Por ello, consideramos que el Gobierno de Colombia debería priorizar la generación de una política pública para que apoye esta iniciativa y contribuir con lo acordado en el Acuerdo de París, el cual busca mantener el calentamiento global por debajo de 1,5°C.

En la capital colombiana se han planteado acciones dentro del Plan de Desarrollo, Plan de Ordenamiento Territorial, Plan de Acción Climática y Plan Aire, para reducir en 10 % las emisiones a 2024, 50 % en 2030 y ser carbononeutral en 2050 como se plantea en la agenda 2030. Es a esto a lo que le apuntamos; podemos iniciar por reciclar y reutilizar la ropa de segunda mano.

El Ministerio de Industria y Turismo expidió el Decreto 2598 del 23 de diciembre de 2022, donde modificó el arancel de aduanas para la importación de confecciones, aumentando el impuesto de ropa nueva del 15 al 40 %. Pensamos que esta es una buena medida para favorecer a los fabricantes nacionales porque pueden competir contra marcas extranjeras.

Conocemos de primera mano que, en América Central los empleos enfocados en la reutilización de ropa podrían duplicarse en las próximas dos décadas, alcanzando más de tres millones, y generando cerca de $USD 200 millones en ingresos fiscales anuales en toda la región.

Tenemos certeza que la importación de ropa de segunda mano no competirá con la industria textil, sino que la apoyará en un escenario cooperativo donde todos ganan, es decir, las prendas de buena calidad se fabricarán localmente, mientras desde nuestra compañía hacemos las veces de intermediarios para proteger al ambiente a través de la reutilización del vestuario y contribución a la economía circular colombiana, generando nuevos empleos verdes para la descarga de contenedores, clasificación de ropa, logística y venta de textiles.

Creemos que donar, vender y comprar textiles de segunda mano es beneficioso para Colombia, su gente, economía y sector textil, pues la nación podría no solo ser importador de ropa usada sino también exportador, convirtiéndose en líder de este sector para recircular prendas en todo el mundo. Esto contribuye a la captación de mayores ingresos al país por pago de impuestos y lo pone como ejemplo mundial para combatir el cambio climático.

Más información: https://www.garsonshaw.com

 

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