“El 40 % de los suelos es afectado por algún grado de erosión y el 24 % es susceptible a la deforestación; este es el principal desafío en materia de conservación de la biodiversidad. El suelo es el hogar de la biodiversidad y del mundo, la conservación de los suelos es indispensable para la mitigación del cambio climático, por ser el segundo sumidero de carbono. Ratificamos el compromiso con la implementación de estrategias para el mantenimiento y la restauración de los suelos”. Esto afirmó Carlos Eduardo Correa, ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible en el evento de celebración del Día Mundial de Lucha Contra la Desertificación y la Sequía y el Día Nacional de los Suelos, el pasado jueves.
El Minambiente mostró los avances en la implementación del Plan de Acción Nacional de Lucha Contra la Desertificación y la Sequía en Colombia (PAN), a través del cual se formuló el Programa Nacional de Conservación y Restauración del Bosque Seco Tropical (BST) con un plan de acción a 2030.
Entre las acciones del programa de Conservación del BST está la formulación y ejecución de proyectos en las diferentes regiones donde se presenta este ecosistema, que coinciden con las zonas secas, tanto para conservación como para restauración y uso sostenible de ese ecosistema, y aportar en el cumplimiento de las metas voluntarias de neutralidad de la degradación de las tierras (NDT).
Restaurar 9000 hectáreas
María del Mar Mozo, directora de Bosques, Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos del Minambiente, dijo que las metas voluntarias de neutralidad de la degradación de la tierra a las que se comprometió el país están dirigidas a restaurar al menos 9000 hectáreas (ha) de coberturas de pastos en la región Caribe, mejorar coberturas hacia sistemas silvopastoriles, mejorar productividad de suelos en las regiones Caribe y Andina, conservar 22.000 ha de bosques secos tropicales, restaurar 3200 ha de bosque seco en La Guajira e incorporar en los diferentes instrumentos de planificación el bosque seco tropical como un determinante ambiental en el ordenamiento territorial.
El eje central de la celebración de este año es la restauración de tierras degradadas, el incremento de la seguridad alimentaria, la conversión de tierras degradadas en saludables, la generación de empleos y acelerar los progresos en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) a medida que se dé la recuperación del Covid-19.
Juliana Arciniegas, de la Dirección de Asuntos Económicos, Sociales y Ambientales del Ministerio de Relaciones Exteriores, presentó la sinergia entre las tres convenciones de la Cumbre de la Tierra en materia de desertificación y sequía.
Suelo, piel de la tierra
Luz Marina Mantilla, directora del Instituto Sinchi, resaltó: “Cuando restauramos y recuperamos hacemos movimiento de nuestros suelos, evitamos la desertificación y movemos ciclos de agua. Cuando recuperamos la biodiversidad, estamos siendo resilientes contra los efectos negativos del cambio climático, estamos mejorando la seguridad alimentaria de los pobladores locales y los recursos económicos importantes para estas comunidades”.
La directora del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), Yolanda González, recordó que Colombia integra los 197 países de la Convención de Naciones Unidas de Lucha Contra la Desertificación. Hizo énfasis en el ODS 15, que busca detener y revertir la degradación de la tierra y la pérdida de biodiversidad, muy importante para lograr estados de equilibrio que mantengan la cantidad y calidad de los recursos. “El suelo es la piel de la tierra y el soporte de los ecosistemas”, dijo.
Hernando García, director del Instituto Humboldt, resaltó la importancia de proteger y mantener los suelos y sus funciones ecológicas, las que están relacionas con la vida en el planeta.
La directora del Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC), Olga Lucía López, mencionó la gran oportunidad para salvaguardar este recurso natural y la generación de información de su entidad para ser utilizada por todos los colombianos.
En beneficio de las comunidades
Rodrigo Martínez, subdirector de Investigaciones de Agrosavia, manifestó: “Hemos desarrollado tecnologías que permiten ese mejoramiento de las propiedades químicas y biológicas de los suelos afectados por el déficit que impacta negativamente la pérdida de suelo. Nos comprometemos a seguir generando agenda de investigación que tenga una vinculación con enfoque territorial, con modelos productivos sostenibles y resilientes”.
El director de Asocars, Ramón Leal, informó que la asociación trabaja en el proyecto Restaurante. “Es una estrategia para fortalecer los sistemas productivos agroecológicos, contribuyendo con la conservación de los ecosistemas y la seguridad y soberanía alimentaria de las regiones, asegurando la acción sobre el cambio climático en beneficio de las comunidades”, explicó.
Carolina Oliveros, de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), afirmó: “La biodiversidad trae consigo el provisionamiento de servicios ecosistémicos tales como la formación y estructura del suelo, transformaciones de carbono, ciclos de nutrientes, regulación biológica, seguridad alimentaria, biorremediación. El manejo sostenible del suelo contribuye al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”.
La Universidad Nacional Abierta y a Distancia, a través del profesor Gerardo Ojeda presentó una iniciativa de recuperación de suelos por medio de enmiendas orgánicas. Bibiana Salamanca, de la Fundación Bachaqueros, hizo lo mismo con un proyecto de recuperación de suelos en bosque seco con el acompañamiento del SENA en la cuenca del río.
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