La organización WWF reveló las historias de cuatro mujeres que desde sus diferentes roles buscan la conservación de bosques de la Amazonia, esta vez aprendiendo a hacer un inventario forestal.

Paola Rayo y María Ángela Martínez

Paola es monitora comunitaria en Calamar- Guaviare, para ella ha sido un cambio como mujer, un crecimiento a nivel de género, aprender de monitoreo, del bosque, conocer lo que hay acá y así poder decir desde lo que sé la importancia de conservar”.

Aunque jugaron varios roles, donde variaban entre medir la altura y el diámetro de los árboles, registrar los datos, desde su conocimiento ir identificando las plantas y árboles en el espacio donde montaron unas parcelas de monitoreo.

Las parcelas son pequeños espacios en las fincas de algunos de los campesinos que hacen parte de los procesos de WWF en la Amazonía, en este caso en zona de influencia del PNN Chiribiquete, en estos espacios se lleva registro de crecimiento de plantas, árboles y la presencia de animales, esto como indicador de la conservación en las fincas.

María Ángela es monitora comunitaria, hace monitoreo de la flora y fauna de algunas fincas ubicadas alrededor del Parque Nacional Natural Chiribiquete, en esta ocasión María Ángela hizo parte del equipo que realizo el inventario forestal en algunas fincas de la zona de influencia del Parque.

«Mi trabajo como monitora consiste en que no se puede solamente tumbar, que también hay que sembrar, pensar en restaurar, como arreglar el daño, como no seguir haciéndole daño a los bosques. Ser monitora es enseñarle a la gente, lo que yo he aprendido».

Daniela Melo

Es estudiante de ingeniería Agroforestal y hace parte del equipo de Sachacalamar, una asociación de Calamar- Guaviare que trabaja con productos no maderables del bosque.

«Esta experiencia fue la posibilidad de Fortalecer conocimientos y capacidades, roderarse de profesionales y trabajar de la mano de los campesinos, aprender de la importancia de la información recogida y la utilidad para sus propietarios», dice.

Andrea Muñoz

Andrea es ingeniera agroforestal y coordinadora del proyecto Áreas Protegidas y Paz por parte de CTA los socios locales que apoyan las implementaciones del proyecto en territorio.

«El involucramiento de la mujer en un proceso que anteriormente era realizado únicamente por hombres y que ahora se desarrolle también por mujeres, jóvenes y personas mayores es gratificante, esto genera un impacto positivo, aportando al conocimiento, apropiación del territorio y valoración del territorio».

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