Un estudio científico sobre plásticos en los ríos publicado en la revista ‘Water Research’ evidencia por primera vez que la tensión superficial del agua desempeña «un papel clave en el transporte y cuantificación de plásticos” a la hora de combatir la contaminación fluvial.

La tensión superficial del agua es descrita por especialistas del sector como la energía necesaria para incrementar la superficie del agua, definida por unidad de área, y depende de los enlaces de hidrógeno dentro de las moléculas de agua (H2O) pero también del medio y de la temperatura ambiente.

Este fenómeno es mayor en el agua que en otros líquidos, lo que permite a insectos como los denominados zapateros de agua caminar literalmente sobre la lámina acuática, ya que su peso no llega a romper su tensión superficial.

Gracias al nuevo estudio será posible «mejorar la estimación de la cantidad total de plásticos en un río» y por tanto «ayudar a limpiarlos en zonas donde la tensión superficial sea más intensa», ha asegurado Daniel Valero, uno de los investigadores españoles que han participado en esta publicación y que colabora con el Instituto de Tecnología de Karlsruhe (Alemania) y el Instituto para la Educación sobre el Agua (IHE por sus siglas en holandés) ubicado en Delft (Países Bajos).

Este trabajo analiza el transporte de los plásticos suspendidos dentro del agua, dominados por la turbulencia y la flotabilidad, además del de los plásticos superficiales, dominados por esos dos factores y también por la tensión superficial.

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