En su gira por la península de La Guajira, el presidente de la República, Gustavo Petro, y la ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Susana Muhamad, llegaron a la ranchería Paradero donde llevaron a cabo el diálogo social para la protección del agua y el territorio con comunidades del territorio wayuu.
Desde allí, el Presidente ratificó la necesidad de atender las problemáticas del agua y el hambre en La Guajira ante la presencia de la sequía más fuerte que se ha visto en el departamento y que puede exacerbarse con la llegada del fenómeno de El Niño.
De acuerdo con el Ideam, en el primer semestre de este año han disminuido las lluvias en La Guajira entre el 40% y el 80%, un panorama poco alentador frente al fenómeno de El Niño, que cuando se presentó en 2015 redujo en un 55% las precipitaciones en el departamento.
Por otro lado, el presidente aseguró que “el arroyo Bruno no puede ser desplazado. Esa debe ser la primera decisión por concertación con la empresa Cerrejón”. Además, invitó a la multinacional a hacer una transición concertada y bien lograda.
“Aquí inicia una segunda fase de nuestro trabajo en La Guajira, que es el más difícil, porque en el norte nos enfrentamos con la escasez y la pobreza, aquí nos enfrentamos con el capital, porque la política en Colombia se ha arrodillado al billete, sea legal o ilegal. Ahora la política le responde al pueblo y ese es el cambio que nosotros proponemos”, mencionó Petro.
A su vez, la ministra Susana Muhamad señaló que La Guajira, territorio de primera línea del cambio climático, es el más afectado del país y cuya seguridad alimentaria en la Alta Guajira se ha visto afectada por el cambio en el régimen de lluvias. Esto como consecuencia de los impactos de un desarrollo que no contempló la realidad cultural, social y ambiental del territorio sobre los problemas del agua hacia el futuro.
Lo anterior teniendo en cuenta que el 100% de los municipios de La Guajira son susceptibles al desabastecimiento de agua.
Desde la ranchería Paradero, ubicada en el municipio de Albania al sur de La Guajira, la Ministra enfatizó en que “no puede haber economía si no hay ecología, este es un diálogo de aquellos impactos y efectos lentamente acumulados, poco identificados, no vistos, que terminan generando desastres humanitarios como la situación de hambre en la Alta Guajira”.
Durante el diálogo al que asistieron más de 400 personas del sur del departamento, la Sierra Nevada y la zona de influencia de los proyectos carboníferos, la Ministra hizo un llamado a consolidar un pacto social del agua entre el Gobierno y todos los sectores sociales y económicos para trabajar de la mano en la protección de los derechos de la gente que deben verse como los derechos de la naturaleza y del territorio.
“Sí se puede hacer un desarrollo con prosperidad social y económica, pero que contemple la ecología y la cultura en su centro. El impacto de lo que hagamos acá puede quedar en las generaciones por venir, debe ser un impacto positivo que genere más resiliencia en un territorio del cambio climático”, puntualizó Muhamad.