En el corazón de la extensa sabana africana, tan hermosa como traicionera, un charco de agua embarrada se revela como un regalo caído del cielo para un pequeño elefante. Sin embargo, la alegría se torna en una situación mortal cuando el elefante decide inclinar su trompa para mojarla y termina atrapado dentro, incapaz de liberarse.

Este impactante episodio, capturado por las cámaras de National Geographic en «Incredible Animal Journeys» (Viajes Animales Increíbles), una nueva docuserie que convierte las migraciones salvajes en cautivadoras historias cinematográficas, revela escenas naturales nunca antes vistas, según sus creadores.

«Como humanos, nos consideramos grandes exploradores, pero los animales son los verdaderos héroes, viajando sin fronteras ni límites», afirma Sarah Gibbs, una de las productoras ejecutivas y el alma de la serie, quien ve estos periplos como «dramas de Hollywood por mérito propio».

Una historia similar a la del elefante se desarrolla durante una visita para periodistas en diciembre al parque Serengueti (Tanzania), donde cada año tiene lugar la Gran Migración, una de las maravillas de África.

Una cría se desploma en una charca de profundidad incierta delante del vehículo del safari, pero los mayores de la manada acuden en su ayuda, culminando en un disfrutable baño de barro, cortesía de la esperada temporada de lluvias que transforma el paisaje árido en un paraíso de hierbas altas.

La sequía ha azotado el este de África en los últimos años debido a temperaturas récord, resultado de una crisis climática que, según alertan las autoridades keniatas, «mata más elefantes que la caza furtiva», volviendo imprevisibles las rutas de supervivencia transmitidas de generación en generación.

Los elefantes representan solo una fracción de la Gran Migración, una fuerza natural de dos millones de ñus y miles de otros herbívoros como impalas, gacelas o cebras que viajan desde el Serengeti hasta la reserva Masái Mara, en un recorrido similar al de las manecillas de un reloj y lleno de peligros.

«Incredible Animal Journeys» no se centra solo en África: atraviesa los siete continentes para contar otras historias de migración salvaje en busca de comida, refugio y parejas, y lo hace por tierra, mar y aire, una tarea que llevó tres años completar.

Entre los protagonistas, se presenta una golondrina que viaja de Sudáfrica a Reino Unido «para reunirse con el amor de su vida», una osa polar que guía a sus cachorros en medio del deshielo en el Ártico, o las mariposas monarca que revolotean hasta las ciudades.

También se observa a los flamencos desplegando su simpática danza de cortejo, aunque en una bandada más reducida que las de antaño, que llegaban a incluir un millón de aves, ya que buscan lugares con los niveles de agua «adecuados», que cada vez les cuesta más encontrar, explica la productora.

En prácticamente todas las historias animales está presente la crisis climática pero también el impacto de la mano humana, razones por las cuales los realizadores de la serie buscaron minimizar el impacto ambiental del proyecto contando con equipos de producción y científicos locales.

Esta elección, combinada con el uso de tecnologías punteras de seguimiento, condujo a resultados fascinantes, como la captura por primera vez del nacimiento de una ballena jorobada en la intimidad de las profundidades del Pacífico, describiendo Gibbs como «el santo grial» de la cinematografía de historia natural.

No fue el único regalo de las ballenas: exhibieron «comportamientos altruistas» nunca documentados antes, como el de un macho solitario que acude al canto de una hembra moribunda atrapada en una red de pesca, la protege de tiburones y la acompaña a dar su último suspiro en la superficie.

La serie, que consta de siete episodios, ya está disponible en la plataforma Disney+ y en Hulu.

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