El Gobierno de Islandia ha anunciado su decisión de reanudar la caza de ballenas a partir del 1 de septiembre, tras una suspensión temporal que se había impuesto el pasado mes de junio. Sin embargo, esta vez se realizará bajo condiciones más rigurosas y estrictas.
El aplazamiento del inicio de la temporada de caza se debió a un informe crítico que cuestionaba la compatibilidad de esta práctica con las leyes de bienestar animal. Esto desató un intenso debate en Islandia, un país que se mantiene como uno de los pocos lugares donde todavía se realiza la caza comercial de ballenas.
El Ministerio de Alimentación y Pesca ha anunciado que, después de analizar los resultados de un grupo de trabajo especializado, ha llegado a la conclusión de que se pueden mejorar los métodos de caza desde el punto de vista del bienestar animal. Como resultado, se emitirá una nueva regulación que establecerá requisitos más detallados y rigurosos para el equipamiento de caza y los métodos utilizados, además de incrementar la supervisión. Estas medidas estarán en vigor hasta finales de este año.
La primera ministra finlandesa, Katrín Jakobsdóttir, miembro del partido Verde, expresó su desacuerdo con la caza de ballenas y enfatizó la importancia de reevaluar la situación al final de la temporada.
Sin embargo, esta decisión ha sido recibida con profunda decepción por parte de la organización internacional OceanCare, que se dedica a la conservación de los océanos. La suspensión temporal de la caza se había anunciado el 20 de junio, después de inspecciones que revelaron que más del 40% de las ballenas estudiadas no habían muerto instantáneamente durante la caza. Algunas de ellas tuvieron que ser disparadas hasta cuatro veces, y el proceso de matar a una de ellas tomó casi una hora.
OceanCare argumenta que la caza de ballenas no cumple con la Ley de Bienestar Animal de Islandia, y aunque se ha levantado la suspensión bajo la condición de aplicar regulaciones más estrictas, la organización considera que es poco probable que los balleneros islandeses las cumplan.
La especie de ballena cazada en Islandia es el rorcual común, la segunda especie más grande del planeta después de la ballena azul, con un peso de hasta 80 toneladas, una longitud de hasta 26 metros y una esperanza de vida de hasta 90 años. Esta especie se encuentra en la lista de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). A pesar de esto, Islandia, al igual que Japón, continúa justificando su caza bajo la pretensión de llevar a cabo investigaciones.
Entre 2019 y 2021, Islandia no llevó a cabo la caza de ballenas, pero en 2022 se reanudó la práctica y se reportó la muerte de 148 rorcuales a manos de balleneros locales.
Figuras públicas, como la cantante Bjork, abogan por la prohibición de esta práctica, y según encuestas recientes, aproximadamente la mitad de la población está a favor de su eliminación, mientras que un tercio desea que continúe. Incluso el actor estadounidense Leonardo DiCaprio ha expresado su apoyo a través de Instagram, instando al Gobierno islandés a respaldar la voluntad mayoritaria de los islandeses de poner fin a la caza de ballenas de manera definitiva.