La crítica situación de los incendios forestales en Colombia, exacerbada por el fenómeno de El Niño, acarrea consecuencias graves para diversos ecosistemas, afectando tanto la vida silvestre como la salud de las personas.

Pero, ¿contamos con un entendimiento preciso de lo que implica un incendio forestal y por qué es crucial prestar más atención a esta preocupante problemática?

Según la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), un incendio forestal se define como el fuego que se propaga sobre la cobertura vegetal, causando perturbaciones ecológicas y afectando o destruyendo extensiones superiores a 5.000 metros cuadrados. Este fenómeno puede manifestarse tanto en zonas urbanas como rurales, y según la misma entidad, el 95 % de los incendios en Colombia tienen origen en actividades humanas.

Las causas de estos incendios pueden ser intencionales, no intencionales o resultado de descuidos, asociados a prácticas como quemas de basura, manejo inadecuado de fogatas, disposición irresponsable de colillas de cigarrillos y fósforos, caídas accidentales de líneas eléctricas, tormentas eléctricas y quemas agrícolas en áreas cercanas a coberturas vegetales.

Es nuestra responsabilidad evitar la propagación de esta seria situación en los ecosistemas del país. Para lograrlo, es esencial implementar acciones como el control de la arborización densa y la gestión adecuada de combustibles en áreas de alto riesgo de incendios.

Resulta fundamental llevar a cabo jornadas de recolección de residuos, abordando elementos como botellas y objetos de cristal que actúan como lupa, así como papeles, plásticos, colillas de cigarrillos, mecheras u otros materiales combustibles que podrían desencadenar un incendio. Por último, es de suma importancia establecer redes comunitarias con planes de respuesta ante eventos de incendios forestales, capaces de alertar a los cuerpos de bomberos en caso de emergencias.

Según la UNGRD, un incendio forestal puede alcanzar temperaturas de hasta 1.000°C, propagándose a velocidades de hasta 100 metros por minuto. La recuperación de áreas afectadas por incendios es un proceso a largo plazo, que implica la promoción de la regeneración de la cobertura vegetal, la gestión adecuada de cenizas y nutrientes, así como la mejora de la estructura del suelo. Todo esto debe ir acompañado de una evaluación de los impactos sociales, económicos y ecológicos generados por los incendios.

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