Organizaciones ecologistas reclaman mayores acciones para proteger a las aves migratorias, para lo que piden la conservación de humedales y ecosistemas como Doñana o la elaboración de normativas que protejan algunas especies para evitar su desaparición, peticiones que se dan en el marco del Día Mundial de las Aves Migratorias.
La elección de este sábado 13 de mayo como fecha conmemorativa por parte de Naciones Unidas, pretende rendir homenaje a los ecosistemas acuáticos -como ríos, lagunas, lagos, arroyos, marismas, estuarios, deltas, albuferas o salinas- que alberga el planeta y de los que dependen tantas especies de aves migratorias en sus fases de reproducción, nutrición y descanso.
Desde WWF rechazan la #LeyAntiDoñana, como llaman a la pretensión de la Junta de Andalucía de legalizar el regadío ilegal en 1.900 hectáreas, y aseguran que el Parque Nacional, Patrimonio de la Humanidad, y refugio para cientos de miles de aves migratorias “sufre una de las peores amenazas de su historia”.
Descenso de las poblaciones de aves
Según WWF, el último censo estimó el pasado invierno “la presencia de unas 226.000 aves acuáticas invernantes en Doñana, lo que supone la pérdida de más de 400.000 ejemplares, el peor dato de los últimos 20 años”.
Han señalado en un comunicado que están movilizando a la comunidad científica nacional e internacional y han puesto en conocimiento de la Comisión Europea, las autoridades internacionales y de la UNESCO “esta atrocidad ambiental que supondría la muerte de Doñana”.
SEO/BirdLife han denunciado la grave situación hídrica en la que se encuentra el Parque Nacional de Doñana, lo que ha provocado una reducción de aves acuáticas hasta rondar las 87.500 en el transcurso de 2021 y 2022, el “número más bajo en los últimos cuatro decenios”.
La directora ejecutiva de la Sociedad Española Ornitológica (SEO/BirdLife), Asunción Ruiz, ha indicado que es un “ahora o nunca para una joya natural que no merece el fracaso de la gestión política” que desencadena la desaparición de especies “emblemáticas” como la del ánsar común, que ha encendido las alarmas al registrar la rebaja de “más del 75 % de su población” desde que en los registros figuraban más de 40.000 ejemplares.
Pese a la “fascinante” capacidad de recorrer grandes distancias transoceánicas, intercalando periodos de invernadas y reproducción, la tendencia menguante “amenaza un humedal crucial y estratégico” para cientos de aves migratorias a causa de la exigencia que supone, las más de las veces, sortear las barreras geográficas que presentan cordilleras montañosas, desiertos y mares, acrecentados estos riesgos por “la caza ilegal, la contaminación o los tendidos eléctricos”.
Situación “extremadamente preocupante”
La organización ecologista culpa a la actividad humana de la regresión que depara a estos hábitats que sirven de cobijo a los animales alados: “La creciente demanda de agua, la contaminación, la expansión del regadío y el cambio climático tienen un impacto directo en la disponibilidad de agua en cantidad y calidad suficiente”.
Respecto a las especies asiduas que simbolizaban los paisajes del humedal y que ofrecían con frecuencia “icónicas imágenes, empiezan a ser “obra del pasado”: los datos recopilados por la Estación Biológica de Doñana y el CSIC entre 2004 y 2022 elevan a la categoría de “extremadamente preocupante” la posición de la mayor parte de las aves acuáticas reproductoras.
Más allá de Doñana, los estudios citados por SEO/BirdLife corroboran esa inclinación a la pérdida de fauna que arriba a las marismas del Guadalquivir desde regiones centrales y septentrionales de Europa, lo que, en conjunto, ha llevado a esta ONG también a “reclamar a las administraciones nacionales -y a organismos internacionales como la UNESCO, acciones urgentes y efectivas”.
Asimismo, de manera análoga convoca a la ciudadanía a unirse mediante la recopilación de firmas que serán remitidas al Parlamento Andaluz y para “defender la extinción de Doñana.
Conservar las aves migratorias urbanas
En la misma línea, Ecologistas en Acción ambiciona concienciar a la sociedad civil sobre la necesidad de conservar las aves migratorias urbanas, focalizándose en “las tres especies de insectívoros con mayor presencia en nuestras ciudades y pueblos: el vencejo común, la golondrina común y el avión común”.
Para ello ha puesto en marcha la campaña ‘Las Tres Mosquiteras’, como agentes fundamentales para el control de plagas, que “afectan tanto a cultivos como a nuestra salud”.
Entre las medidas que proponen están: el seguimiento y registro de colonias; la conservación de aleros, salientes y oquedades en obras de rehabilitación de fachadas y cubiertas; la incorporación de elementos que favorezcan la nidificación a los diseños de obra nueva; y obras en estructuras durante la época reproductora que comprende desde marzo hasta agosto.