COP29 aprueba estándares para un mercado de carbono regulado por la ONU -  Medio Ambiente

En la primera plenaria que se realizó en las discusiones climáticas en Azerbaiyán, los países le dieron luz verde a una vía diferente a los mercados voluntarios que han primado hasta ahora y que son principalmente de sectores privados. Las negociaciones se dan en medio de las inundaciones en partes de España y de Colombia.

La COP29 comenzó con un gran anuncio. Las partes aprobaron los estándares para que comience a funcionar un mecanismo de mercado de carbono, pero regulado por Naciones Unidas.

El mercado de carbono permite que una entidad le pueda pagar, por ejemplo, a una comunidad para que ellos hagan algún proyecto con el que se pueda capturar CO2. Algunos casos son siembra de árboles o restablecimiento de manglares, entre otros.

Concretamente, en la COP29 avalaron dos documentos que habían escrito los expertos a los que les encargaron crear el marco para el mercado de emisiones bajo el Acuerdo de París. Un informe es sobre los requisitos concretos, y otro sobre el desarrollo y la evaluación de proyectos.

Pero esta discusión es de vieja data, pues desde 2015, el Acuerdo de París estableció que se debía crear ese mecanismo y que debe ser diferente al mercado voluntario de carbono, regulado principalmente por los privados y que funciona desde hace años, como lo explica Camilo Trujillo, representante para América Latina y el Caribe de la Asociación Internacional de Comercio de Emisiones (IETA, por sus siglas en inglés).

“Diría que el punto inteligente de lo que se acordó en el Artículo 6 es que los países tienen opciones: de irse por el 6.4 con un mecanismo regulado por la ONU o irse por el 6.2, que es más abierto. En términos de implementación, pueden tomar procedimientos del mercado voluntario de carbono, que tiene salvaguardas, prevención de doble contabilidad, derechos humanos, entre otros; o tomar la opción de la regulación de la ONU”, señaló.

Pero los mercados de carbono no están exentos de críticas. Tras la decisión de la COP29, la ONG Friends of the Earth dijo que esto le quita credibilidad a las negociaciones, pues en vez de concentrarse en reducir las emisiones, los países apuestan en cambio por buscar la manera de compensar su contaminación sin eliminarla. Además, en la práctica, algunos proyectos del mercado voluntario de carbono han sido criticados porque no se realizan respetando la consulta previa de los pueblos indígenas, con contratos en idiomas que muchos de ellos no manejan como el inglés, y minando su gobernanza.

Ante las críticas, Trujillo enfatiza que el mercado de carbono es relativamente nuevo y reconoce que han “venido aprendiendo”. Pero recalca que también ha traído beneficios como llevar recursos monetarios a lugares apartados, con lo que se han podido construir plantas solares o centros de salud. “Sí hay temas por mejorar y desde el mercado de carbono y los diferentes actores estamos comprometidos para que esto se resuelva y haya una buena gobernanza y esto tiene que ser sí o sí de las manos de las comunidades y los diferentes Gobiernos de América Latina”, añade.

Su postura desde la IETA, el principal gremio de mercado de carbono en el mundo, es que este mecanismo es una de las vías más efectivas para que los recursos lleguen al Sur global. Y que los beneficios se verán, ya sea con el mercado voluntario o con el mercado regulado por la ONU.

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