En el año 2012, los académicos Greg N. Gregoriou y Nigel Finch, identificaron las mejores prácticas en la gestión contable, y a su vez, publicaron un libro con el mismo nombre.

Entre estas prácticas, ellos mencionan tres principios claves en la gestión corporativa, entre los que se encuentran la formulación presupuestos y sistemas para su control; las medidas de desempeño no financieras e intangibles, y la gestión ambiental. Esta última se divide en tres grandes ramas que describiré a continuación:

1. Responsabilidad social corporativa y reportes de sostenibilidad: la actitud de las empresas ha venido cambiando en los últimos años, desde la incorporación de conceptos de sostenibilidad e involucramiento de actores en las prácticas de los negocios, haciendo que esta visión les permita interpretar riesgos de manera anticipada para evitar pérdidas por interrupciones no previstas en las actividades productivas, dado que para las corporaciones es de mucha importancia hacer públicos sus reportes, para generar transparencia.

2. Prácticas de la gestión contable en la sostenibilidad: el aumento de aspectos sociales y ambientales sensibles, hace que los negocios estén cada vez sobre mayor observación y cada actividad que deteriore estos aspectos, es juzgada con dureza. Esto hace que las variables ambientales y sociales que se intervengan, sean incorporadas en los criterios de decisión de la gestión contable, para que se conduzcan acciones articuladas hacia una estrategia ambiental en la corporación.

En este tema surgen muchas opiniones, porque encontrar el(los) punto(s) donde se integren técnicas contables con criterios ambientales no es un tema menor y el llamado acá, es que los profesionales encargados de estas áreas en las organizaciones, trabajen de manera conjunta para compatibilizar sus visiones y objetivos, teniendo en cuenta un mapeo de actores, para traducir una estrategia ambiental corporativa en acciones mensurables, que se puedan ver reflejadas en los estados financieros corporativos.

3. Un conjunto integrado de sistemas de control en gestión ambiental: no sirve de nada tener un sistema integrado, si no se monitorea. Estos sistemas pueden ayudar a operar de manera efectiva al control de la gestión en la organización. A esta herramienta se le pueden incorporar indicadores claves de desempeño o KPI por sus siglas en inglés. Lo cual, permite tener un seguimiento más a la medida de las necesidades reales de la organización, ayudando a identificar qué relaciones hay entre actividades del día a día y los criterios sociales y ambientales de largo plazo definidos con anterioridad.

Finalmente, queda la tarea de incorporar estas relaciones, para que se incluyan criterios ambientales y sociales claves en la operación de las organizaciones. Para esto, se requiere de personas calificadas con visión estratégica, que integren de manera transversal los temas ambientales y sociales a los resultados de sus organizaciones.

Lucas Rivera Jaimes
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