El Gobierno de Botsuana, en África, se vio obligado a tomar una decisión radical para conservar la vida de los rinocerontes: comenzaron a quitarles los cuernos y a llevarlos lejos del delta del río Okavango.

Un aumento sin precedentes de la caza ilegal, al menos 56 animales han sido asesinados por los cazadores durante los últimos dos años, obligó al Gobierno a tomar estas medidas. Se trata de los peores ataques desde 1992, cuando la población de rinocrontes negros fue aniquilada y el número de rinocerontes blanco llegó a 27.

De acuerdo con las autoridades de ese país, los cuernos se pasan de contrabando al Lejano Oriente, donde se cree que curan el cáncer y otras enfermedades. El descornado, un ejercicio en el que se quitan los cuernos con motosierras para que los animales no tengan valor para los cazadores ilegales, busca combatir la caza y salvaguardar el futuro de la especie, de acuerdo con lo que informa el Ministerio de Medio Ambiente, Recursos Naturales, Conservación y Turismo de Botsuana.

No obstante, el tamaño de la población de rinocerontes en ese país parece ser un secreto. En el año 2014 se estableció que había 153 ejemplares blancos viviendo libres,  mientras que las reservas privadas tenían algunos rinocerontes negros. El ano pasado llegaron a ese país 87 rinocerontes adicionales de Sudáfrica. Los analistas dicen que el número de rinocerontes en el delta del Okavango, donde vive casi toda la población salvaje, se ha reducido a unos cuantos.

Grupos criminales que operan en esa zona, considerada un santuario de vida silvestre y la mayor atracción turística de Botsuana,  aprovechan las vías fluviales y la falta de patrullas fronterizas para cazar rinocerontes. Inteligencia previa sobre la vida silvestre indica que la caza furtiva es liderada por veteranos de las guerras de independencia de Namibia y Zimbabue que tienen vínculos con redes asiáticas. El programa de descornado está acompañado por un aumento de las operaciones contra la caza furtiva.

 

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