Cerca de 700.000 personas afectadas, 100.000 albergadas (en sitios oficiales y comunitarios), 46 fallecidas y al menos 96 desaparecidas (soterrados, en su mayoría), fueron las cifras duras de Eta y su comportamiento meteorológico revivieron las catástrofes provocadas por Mitch y Stan, en Guatemala.
Hasta el momento las autoridades de protección civil y el Gobierno guatemalteco no evalúan los daños de la depresión tropical, pero con varios poblados todavía inundados y otros más incomunicados, los presagios no son alentadores.
El norte del país, en los departamentos de Alta Verapaz, Petén, Izabal, Quiché y Huehuetenango, son los más afectados por eta, donde se reparten víveres mediante helicópteros guatemaltecos y de EE.UU. que auxilian a las víctimas en poblados aislados por derrumbes en carreteras.
Los rastros de Mitch y Stan
En el caso de Mitch, el 27 de octubre de 1998, dejó rastro de inundaciones, deslaves y derrumbes en cinco departamentos del este, noreste y norte del país. Ocasionó 268 decesos según diversos recuentos, y la evacuación de más de 46.000 personas, además del traslado a zonas seguras de más de 2.500 personas que habitaban zonas de riesgo en la Ciudad de Guatemala.
Stan, que inició su impacto en el país centroamericano el 5 de octubre de 2005, causó estragos en 15 de los 22 departamentos, con más de 3,5 millones de personas perjudicadas por el fenómeno, que causó además 669 fallecidos y 884 desaparecidos.