Por la pérdida de biodiversidad, el cambio climático y la demanda farmacéutica, que aumentó en la época de pandemia por la COVID-19, dos de cada cinco especies de plantas en el planeta están en peligro de extinción.
según el estudio ‘World’s Plants and Fungi 2020’, en el que participaron 210 científicos de 42 nacionalidades, el porcentaje de especies amenazadas sería del 39,4%, casi el doble del 21% de las plantas mundiales que se estimó en peligro de extinción en 2016.
Los expertos sugieren que el mejor curso de acción es «acelerar» las evaluaciones de riesgos para que las áreas clave puedan protegerse y las especies puedan conservarse sin demora. Para lograr esto, la IA (inteligencia artificial) podría ayudar a identificar prioridades para las evaluaciones de conservación.
Los nuevos datos evidencian que de las 5.411 plantas medicinales que han sido evaluadas para su estado de conservación (de las 25.791 plantas medicinales documentadas), 723 (13%) están clasificadas como amenazadas. Para los hongos, solo se han evaluado seis especies medicinales, una de las cuales, eburiko (Fomitopsis officinalis), un hongo parásito que habita en la madera con propiedades antimicrobianas, ya ha sido empujada al borde de la extinción.
Se cree que el aumento de la demanda de medicamentos a base de hierbas está impulsado por diversos factores, incluido el aumento de la prevalencia de ciertas enfermedades crónicas y la búsqueda de nuevas terapias.
En el campo alimenticio hay 7.039 plantas comestibles que tienen potencial como alimentos futuros, pero solo 15 plantas proporcionan el 90% de la ingesta energética de alimentos de la humanidad, y 4.000 millones de personas dependen completamente de tres cultivos: arroz, maíz y trigo.
Con el propósito de producir energía, hay 2.500 plantas identificadas que podrían usarse como combustible o bioenergía, pero solo seis cultivos -maíz, caña de azúcar, soja, aceite de palma, colza y trigo- generan el 80% del biocombustible industrial mundial. Con 840 millones de personas (principalmente en África subsahariana, Asia y Oceanía) sin acceso a la electricidad y tres mil millones sin acceso a tecnología y combustibles para cocinar no contaminantes, se necesitan con urgencia nuevos cultivos bioenergéticos.