El 29 de septiembre pasado se conmemoró el Día del Maíz, un alimento emblemático por ser el cultivo más representativo en América Latina y por su importancia económica, social y cultural. Surgió y se cultivó en esta región, convirtiéndose en uno de los ingredientes infaltables para preparar distintas recetas por su alto aporte nutritivo.
“El consumo de este grano con regularidad, permite alcanzar el requerimiento diario de fibra, vitaminas y minerales; que se relaciona como principal fuente de energía del cerebro y los músculos”, afirma Elisa Gómez, gerente regional de nutrición para Kellogg Latinoamérica.
Actualmente, el maíz es uno de los principales componentes en la dieta de los latinoamericanos. De acuerdo con la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales (Fenalce), un colombiano consume en promedio 30 kg de maíz al año; mientras que, en todo el continente, se consumen entre 50 y 200 kilogramos por año.
En Colombia, el maíz es el tercer cultivo con mayor superficie de siembra después del café y el arroz; y es el país con mayor volumen de importaciones en Suramérica y el séptimo en el mundo, según la FAO.
Independientemente de la región, este grano tiene una dimensión social muy importante en la alimentación y tradiciones latinas, abarcando un sinfín de preparaciones como las arepas, las empanadas, los pasteles, las tortillas, los tamales, entre otros alimentos que honran las raíces que se comparten en américa central y del sur.
‘’Esta coyuntura tendría que traspasar nuestras fronteras para abarcar a todos los pueblos del Maíz: Guatemala, México, Colombia, Ecuador, Perú, Argentina, Venezuela. De esta manera, creamos una oportunidad simbólica que preserve la identidad cultural que nos distingue. Por eso, en Kellogg nos unimos a esta celebración, siendo la empresa líder en el mercado, cuyas hojuelas están hechas de granos de maíz 100% natural’’, concluyó Alejandro Díaz, director de marketing de Kellogg Pacífico.
Un alimento ancestral
El cultivo del maíz tuvo su origen en América Central, especialmente en México, de donde se difundió hacia el sur hasta llegar a Argentina. Con el surgimiento y la propagación de la agricultura en la región, los indígenas agregaron este ingrediente en sus creencias religiosas, festividades y nutrición, transmitiendo esta herencia de generación en generación.
De esta manera, el maíz y todo el conocimiento gastronómico ancestral alrededor de este trascendió en el tiempo a platos que hoy en día se consumen a diario en la mayoría de los hogares latinos, incluyendo Colombia.
Las regiones Andina, Orinoquía y Caribe son las que tienen mayor concentración y consumo de maíz en el país, según datos publicados por Fenalce.
“Ante el panorama alarmante del medio ambiente y la escasez de alimentos, Kellogg recalca la importancia de impulsar proyectos que hagan del campo un sector más sustentable y autosuficiente, con el objetivo de preservar este alimento ancestral y avanzar en el desarrollo de productos cereales que puedan ser disfrutados por muchas generaciones”, agregó Alejandro Ortega, gerente de Kellogg Pacífico.
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