Apenas ahora se conocen cifras de lo que ocurrió con la selva tropical del mundo durante el primer año de la pandemia, incluso de lo que pasó con la selva colombiana, según el nuevo informe de Global Forest Watch presentado este miércoles por el World Resources Institute (WRI).
Este informe evidencia que en el 2020, cuando el planeta estaba confinado como medida para prevenir el contagio de covid-19, se aprovecharon para quemar y talar 12,2 millones hectáreas de bosque todo el mundo.
Esta pérdida se tradujo en 2,64 gigatoneladas de emisiones de CO2, equivalentes a las emisiones anuales de 570 millones de autos, más del doble de los que hay en circulación en Estados Unidos.
Según los investigadores, el 2020 estaba destinado a ser un año histórico en la lucha contra deforestación–un año en el que muchas empresas, países y organizaciones internacionales se comprometieron a reducir a la mitad o detener por completo la pérdida de bosques–, “pero las pérdidas continuas de bosques tropicales primarios dejan en claro que la humanidad se ha quedado corta en cumplir estos objetivos”.
En efecto, de esos, 12,2 millones de bosques en el mundo (4,2 millones de hectáreas) corresponden a bosque tropical primario. Una superficie equivalente a la de Holanda. Esto significó un alza de 12 por ciento, con respecto al dato del 2019, cuando se registró 3,7 millones de hectáreas. Brasil encabeza estás vergonzosas cifras.
Según el informe de Global Forest Watch, Brasil encabezó, una vez más, la lista de pérdida anual de bosques primarios con una pérdida total de 1,7 millones de hectáreas en 2020, más de tres veces la del siguiente país más alto. La pérdida de bosques primarios en Brasil aumentó un 25 por ciento en 2020, en comparación con el año anterior.
La mayor parte de la pérdida de bosque primario húmedo en el país ocurrió en la Amazonia brasileña, que experimentó un aumento del 15 por ciento con respecto a la cifra del año pasado, para un total de 1,5 millones de hectáreas.
Los parches recién despejados son frecuentes a lo largo de los bordes sur y este de la Amazonia y a lo largo de las carreteras que dividen la selva amazónica.
No obstante una leve caída de la pérdida de bosques primarios con respecto al año anterior, Bolivia ascendió al número tres en la lista de países con la pérdida de bosques primarios tropicales más húmedos en 2020, superando a Indonesia por primera vez.
Mientras tanto, en Colombia, que ocupa el sexto lugar entre los 10 países con bosque tropical más deforestado, la tasa de pérdida de bosques primarios aumentó en 2020 después de una caída el año anterior. Pasó de 115.090 en el 2019 a 166.485 en el 2020, según los datos de Global Forest Watch.
Según el informe, mientras el gobierno del presidente Iván Duque ha aumentado públicamente su ambición sobre la deforestación, al establecer una meta de deforestación cero para 2030 como parte de su compromiso de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 51 por ciento durante el mismo período, la deforestación sigue profundizándose en la selva amazónica colombiana y en varias áreas protegidas como los parques nacionales Chiribiquete, Tinigua y Sierra de la Macarena.