La biodiversidad es fundamental para el bienestar de la humanidad, la salud del planeta y la prosperidad económica de todas las personas. Sin embargo, la diversidad de especies y ecosistemas disminuye a un ritmo más rápido que en cualquier otro momento de la historia debido al cambio en el uso de las tierras y los océanos, la explotación directa de muchos organismos, el cambio climático, la contaminación y la propagación de especies invasoras.
El Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal (2022) puso en marcha un plan para transformar la relación de nuestras sociedades con la biodiversidad. La Conferencia de Berna III (23-25 de enero) tiene por objetivo fortalecer la cooperación para lograr la implementación efectiva y eficiente del Marco.
Al término de la 15ª Conferencia de las Partes en el Convenio de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica se adoptó el Marco Global para la Diversidad Biológica (Global Biodiversity Framework, GBF) de Kunming-Montreal.
Este Marco se propone detener y revertir la pérdida de la naturaleza, en un contexto de peligroso declive que amenaza la supervivencia de un millón de especies y afecta a la vida de miles de millones de personas. Su objetivo es salvaguardar y utilizar de manera sostenible la biodiversidad.
Ahora que se ha adoptado un marco, es urgente acelerar la elaboración y aplicación de medidas en todos los sectores y la sociedad para alcanzar los objetivos y metas del Marco Mundial de la Diversidad Biológica, a fin de hacer frente a las principales causas de la pérdida de biodiversidad y dar un nuevo impulso a la agenda de la naturaleza.
Los cuatro objetivos generales que deben alcanzarse para 2050 se centran en la salud de los ecosistemas y las especies, incluida la detención de la extinción de especies inducida por el ser humano, el uso sostenible de la biodiversidad, el reparto equitativo de los beneficios, y la aplicación y financiación, lo que incluye cerrar la brecha de financiación de la biodiversidad de US$ 700.000 millones al año.
Entre las veintitrés metas que deben alcanzarse para 2030 figuran la conservación de al menos el 30% de las zonas terrestres, de aguas continentales y costeras y marinas, la restauración del 30% de los ecosistemas degradados, la reducción a la mitad de la introducción de especies invasoras y la reducción de US$ 500.000 millones al año en subvenciones perjudiciales.
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