Los Gobiernos de Colombia, Jamaica y Panamá dieron inicio a un proyecto de 42 millones de dólares para combatir de forma conjunta la contaminación del plástico mediante la integración de la circularidad en las ciudades, señaló el Programa de la ONU de Medio Ambiente (PNUMA).

El plástico es un material omnipresente, utilizado en todo, desde productos hasta envases. Sin embargo, casi un tercio de todo el plástico es de un solo uso, el 32% contamina el suelo y los ecosistemas de agua dulce y hasta 10 millones de toneladas se vierten anualmente en el océano, lo que agrava la triple crisis planetaria: el cambio climático, la pérdida de naturaleza y biodiversidad, y la contaminación y los residuos.

Si no se toman medidas decisivas, la agencia prevé que esta cifra se triplique de aquí a 2060. El objetivo de la circularidad es mantener materiales como los plásticos en su máximo valor a lo largo de la cadena de valor durante el mayor tiempo posible, transformando la forma en que se diseñan, se fabrican, se utilizan y se desechan los productos.

Riesgos para la salud, especialmente en las ciudades

Según datos de la agencia, la economía mundial solo es circular en un 8,6%, cifra que aumenta ligeramente en América Latina y el Caribe, con un 10%.

Los impactos ambientales del modelo actual de «tomar, hacer, desechar» son especialmente pronunciados en las ciudades, ya que los centros urbanos son responsables de alrededor del 60% de los plásticos marinos.

La exposición al plástico mal gestionado puede perjudicar a la salud y a las especies marinas, provocando enredos y lesiones, ingestión, asfixia y contaminación tóxica. Además, la quema al aire libre de plásticos puede liberar contaminantes tóxicos, sustancias químicas que no se descomponen en el medio ambiente y contaminan el aire, el agua y los alimentos.

Nuevas políticas e incentivos fiscales

El proyecto Reducir los plásticos marinos y la contaminación por plásticos en las ciudades de América Latina y el Caribe mediante un enfoque de economía circular ayudará a Colombia, Jamaica y Panamá a adoptar políticas de ciclo cerrado a nivel municipal, a implicar al sector privado para que haga lo mismo y a crear una red interurbana entre las ciudades de América Latina y el Caribe sobre los plásticos marinos y la contaminación del plástico en general, concienciando sobre las mejores prácticas.

La iniciativa está dirigida por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), con financiación del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) y el apoyo de la Secretaría del Convenio de Cartagena.

El PNUMA señaló que se dará prioridad a las intervenciones en las fases iniciales y se identificarán los productos que contienen sustancias químicas preocupantes. A continuación, se utilizarán instrumentos políticos y fiscales para reducir el uso de productos de plástico innecesarios o tóxicos, limitar y prohibir la quema al aire libre de plásticos y desarrollar sistemas de reutilización y rellenado, así como nuevos modelos de negocio circulares en colaboración con los que se encuentran a lo largo de las cadenas de valor del plástico.

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