Los bosques tropicales de la cuenca del Congo son más eficaces para frenar el cambio climático y más resistentes a las condiciones meteorológicas cambiantes que los de la Amazonía, han coincidido expertos que plantean la necesidad de conseguir apoyo y financiación para la conservación de este ecosistema similar al Programa de Investigación de la Biosfera y la Atmósfera a Gran Escala en la Amazonía (LBA) que se puso en marcha en los noventa en Brasil.

Medio millón de hectáreas deforestadas cada año

Cada año se deforestan medio millón de hectáreas de los bosques tropicales de la cuenca del río Congo, y para frenar su destrucción y lograr fondos para su protección entre el 1 y 2 de marzo próximos se realizará en Libreville la cumbre ‘Un solo bosque’, organizada por los gobiernos de Gabón y Francia, ha informado Daniel Zarin, director ejecutivo de Wildlife Conservation Society (WCS) y especialista en temas forestales y cambio climático, durante un encuentro virtual previo a la cita.

El LBA se inició en 1998 y durante diez años científicos y especialistas de centros de investigación de Brasil, Europa y Estados Unidos, así como de más de cien instituciones internacionales, entre ellas la NASA, el Instituto Max-Planck, la Universidad de Oxford, la de Harvard California o Cornell trabajaron conjuntamente y supuso una inversión de 100 millones de dólares en ciencia climática.

Basándose en el LBA, los expertos plantean la necesidad de poner en marcha un proyecto similar para la cuenca del Congo, que ocupa Camerún, Gabón, República de Congo y República Democrática del Congo (RDC), en el África Central, que contiene la segunda mayor extensión de bosque tropical del planeta después de la Amazonía y la mayor turbera tropical de la Tierra.

Este espacio boscoso, además, sigue siendo un sumidero neto crítico para la absorción de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de origen antropogénico.

Según Zarin, la cita estará precedida por dos días de reuniones científicas en las que se buscará las bases científicas y de investigación para la cuenca del Congo y contará con el apoyo de la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.

Medio de vida para millones de personas

El profesor Bila-Isia Inogwabini, especialista en biodiversidad, clima y cambio climático en la Universidad Católica del Congo en Kinsasa, ha subrayado que “cerca de 80 millones de personas dependen totalmente de la biodiversidad y del bosque de la cuenca congoleña y cerca de 300 millones de una u otra forma extraen sus recursos de esta cuenca”.

El catedrático de Ciencias del Cambio Global en la Universidad de Leeds y en el University College de Londres, y uno de los expertos en las turberas de la cuenca del Congo, Simon Lewis, ha asegurado que se conoce poco de estos bosques africanos, al contrario que la Amazonia, donde “hay muchos científicos que la estudian e instituciones fuertes que la respaldan”.

Según Lewis, si se compara con el Amazonas, el sudeste asiático, un bosque boreal en Rusia o un bosque templado en Europa, existe más carbono por unidad de superficie que en ningún otro lugar del mundo. No obstante, se desconocen las conexiones entre el clima, el agua los bosques de Congo.

En su opinión, son los sumideros de carbono más eficaces y si no se les perturba, también son increíblemente importantes y poco reconocidos para las precipitaciones.

El catedrático del departamento de biología de la Escuela Superior de Magisterio de la Universidad de Yaundé (Camerún), Bonaventure Sonké, taxónomo de plantas y ecólogo forestal y descubridor de más de 65 especies para la ciencia, incluidas varias de café, ha asegurado que el análisis recogido en el proyecto AfriTron, en colaboración con Lewis Simon, ha demostrado -por primera vez- que la biomasa de los bosques tropicales vírgenes africanos está aumentando, lo que los convierte en sumideros netos de dióxido de carbono

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