Un nuevo informe titulado ‘Bosques, árboles y la erradicación de la pobreza: Potencial y limitaciones’, que evalúa la situación a nivel global, arrojó como resultado que los bosques ayudan a combatir la pobreza rural, además, muestra la eficacia y errores de políticas de manejo forestal en algunos países.
El estudio muestra el amplio rango de contribuciones que los bosques y los árboles brindan para reducir la pobreza, y a la eficacia de diversas políticas de manejo forestal, programas, tecnologías y estrategias.
La investigación toma como base el concepto de pobreza no solo en términos monetarios, sino que también como obstáculo que impide que las personas consigan un cierto nivel de bienestar, y también como impedimento para participar plenamente en la sociedad.
“Esta evaluación global llega en un momento crítico. Entre otras razones, los frecuentes eventos climáticos extremos asociados con el cambio climático, el incremento de las desigualdades sociales, y la expansión de enfermedades infecciosas, hacen que empeore aún más la ya frágil condición en la que se encuentran las personas en situación de pobreza. Por ello, es esencial revisar el rol que los bosques juegan en el desarrollo social en general, y en conseguir erradicar la pobreza en particular”, dice Hiroto Mitsugi, asistente del director-general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Un total de 21 expertas y expertos reconocidos internacionalmente, con experiencia científica en diferentes campos, que han trabajado juntos durante casi dos años en el Panel Global de Expertos Forestales en Bosques y Pobreza, fueron los que realizaron el estudio.