El agujero en la capa de ozono sobre la Antártida ha experimentado un aumento sin precedentes este año, siendo uno de los más extensos jamás registrados, según las mediciones realizadas por el satélite Sentinel 5P, parte del sistema europeo Copérnico.

El agujero alcanzó una magnitud de 26 millones de kilómetros cuadrados el 16 de septiembre, aproximadamente tres veces el tamaño de Brasil, según un comunicado emitido por la Agencia Espacial Europea (ESA).

Es importante tener en cuenta que el agujero en la capa de ozono experimenta fluctuaciones estacionales, aumentando a partir de agosto y alcanzando su punto máximo anual entre mediados de septiembre y mediados de octubre. Posteriormente, debido a las variaciones de temperatura en la estratosfera del hemisferio sur, la capa de ozono tiende a regenerarse y volver a la normalidad hacia finales de diciembre.

Durante los últimos años, el agujero en la capa de ozono había mostrado signos de recuperación gradual. Esto se debió en gran parte a la implementación del Protocolo de Montreal, que se firmó hace 36 años y estableció una prohibición internacional gradual en el uso de gases clorofluorocarburos (CFCs) y posteriormente de hidrofluorocarbonos (HFCs).

El sistema de satélites Copérnico tiene como principal objetivo la observación de la Tierra, y el Sentinel 5P, lanzado en 2017, es el primero de su tipo dedicado a monitorear la composición de la atmósfera.

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