Según un reporte del Centro Nacional de datos de Nieve y Hielo la capa de hielo polar del océano Ártico cuenta apenas con una superficie de 3,74 millones de kilómetros cuadrados, el segundo nivel más bajo desde que se realiza el registro.
El único año en que la extensión del casquete polar fue menos extensa en el último tiempo fue en el 2012, cuando se midió superficie total de 3,39 kilómetros cuadrados.
Esta sería, según expertos, una de las principales emergencias naturales porque la capa polar ártica, que funciona como una especie de aire acondicionado para el planeta, podría desaparecer por el cambio climático.
Según los expertos la crítica situación se ha registrado por los enormes incendios forestales, calentamiento en Groenlandia y el rápido calentamiento de Groenlandia.
Un estudio publicado por la revista ‘Nature’ precisó que el casquete polar desaparecería más rápido de lo que predicen los modelos climáticos afectando la existencia de los osos polares, incidiendo en los sistemas climáticos y personas que viven en regiones altas del planeta.
La organización Clean Arctic Alliance pidió a los líderes mundiales actuar de “forma urgente” ante el calentamiento del Ártico.
“El verano extremo de 2020 está demostrando, con temperaturas medias globales que ya muestran un aumento de 1,1 grados, que a menos que se tomen medidas urgentes y colectivas, un aumento de 2 grados resultará perjudicial para la salud y el bienestar humanos, nuestras economías y el medioambiente”, indicó Sian Prior, asesora de la organización.